JERÓNIMO SAVONAROLA

1452-1498

(Reformador)

 

Predicador y reformista italiano que predicó contra el lujo, el lucro, la depravación de los poderosos y la Iglesia, contra la búsqueda de la gloria y contra la homosexualidad.

 

Nació el 21 de septiembre de 1452, tercero de siete hijos de una familia noble en Ferrara, sus padres eran personas cultas y mundanas, y gozaban de mucha influencia. Su abuelo paterno era un famoso médico de la corte del Duque de Ferrara, y los padres de Jerónimo deseaban que su hijo llegase a ocupar el lugar de su abuelo. En el colegio fue un alumno que se distinguió por su aplicación.

 

De muy pequeño tenía costumbre de pasar muchas horas en oración; y a medida que fue creciendo su fervor a la oración y el ayuno fue en aumento, pasaba largas horas; de igual manera las Sagradas Escrituras influyeron para que el dedicase su vida enteramente a Dios.

 

Es muy probable que tuviera una desilusión con una joven florentina, por la oposición de la familia Strozzi. Además resentido por el mundo, desilusionado de sus propios anhelos, sin encontrar a nadie que le pudiere aconsejar; resolvió abrazar la vida monástica, y en 1474 ingresó en los dominicos en Bolonia.

 

Después de pasar siete años en Bolonia, Fray Jerónimo fue para el convento de San Marcos, en Florencia. En este lugar vio, con desilusión, que el pueblo florentino era tan depravado como cualquier otro lugar.

 

Hizo su primera aparición como predicador en 1482 en el priorato de San Marcos, la casa dominica de Florencia. Sus sermones se centraron cada vez más sobre el pecado de la sociedad, y atacó de forma abierta la corrupción y a los partidarios aristocráticos de los Medici.

 

En 1493 el Papa Alejandro VI, le nombró su primer vicario general, aprobó su propuesta de reformar la orden dominica en Toscana. Entonces sus sermones se hicieron políticos. En uno de sus discursos, señaló con claridad la próxima llegada de los franceses dirigidos por el rey Carlos VIII. Cuando esta predicción se cumplió con la aparición de las fuerzas francesas invasoras en 1494, ayudó a recibir a Carlos en Florencia. Cuando los franceses abandonaron la ciudad, se había creado una república de la que fueron excluidos los Medici, y él se convirtió, aunque sin funciones políticas, en su guía y espíritu animador.

 

Ni siquiera el papa Alejandro VI se vio libre de sus denuncias. Éstas, junto con la atribución de un don sobrenatural de profecía y su interpretación de las Sagradas Escrituras, disgustaron a Roma; y en 1495 fue acusado de herejía. Al no presentarse en Roma, se le prohibió predicar, y se revocó el expediente mediante el cual la rama florentina de su orden (dominica) obtuvo la independencia. Rechazó los intentos de conciliación del Papa con indignación, y de nuevo se le prohibió predicar, aunque ignoró esta orden.

 

Mientras tanto, las dificultades comenzaron a intensificarse en su patria. Las medidas de la nueva república resultaron impracticables. El partido de los Medici, llamado de los arrabbiati (en italiano, 'enfurecido'), comenzó a recuperar terreno, y se formó una conspiración para apoyarles. Se ejecutó a cinco de los conspiradores, lo que sólo sirvió para acelerar la reacción contra Savonarola, ya que más tarde fue acusado de ello. En el punto crítico de la lucha, en 1497, llegó una condena de excomunión de Roma. La declaró nula públicamente y se negó a someterse a ella. Durante la epidemia de peste, a pesar de no poder administrar los santos óleos por estar excomulgado, se dedicó con entusiasmo a atender a los monjes enfermos.

 

Durante su corta influencia, el predicador fue amenazado; excomulgado y en 1498, fue declarado culpable de herejía y enseñanza sediciosa, y condenado a muerte. El 23 de mayo de 1498, fue ejecutado (ahorcado) y luego su cuerpo fue quemado en la plaza pública.

 

El Predicador y reformista italiano, cuyo intento entusiasta de eliminar la corrupción terminó en martirio se le recuerda como uno que dejó en los márgenes de las páginas de su Biblia notas escritas mientras meditaba en las Escrituras. Conocía de memoria una gran parte de la Biblia y podía abrir el libro y hallar al instante cualquier texto bíblico. Pasaba noches enteras en oración; dentro de sus libros se encuentran: "La Humildad", "La Oración", "El Amor", etc.

 

HOMBRE PIADOSO DE PODER Y ORACION

 

Todo el pueblo de Italia afluía a Florencia en número siempre creciente. Las enormes multitudes ya no cabían en el famoso Duomo. El predicador Jerónimo Savonarola abrazaba con el fuego del Espíritu Santo, y sintiendo la inminencia del juicio de Dios, tronaba contra el vicio, el crimen y la corrupción desenfrenada en la propia iglesia. El pueblo abandonó entonces la lectura de las publicaciones mundanas y banales, y comenzó a leer los sermones del fogoso predicador; dejó de cantar las canciones callejeras y se puso a cantar los himnos de Dios. En Florencia, los niños hicieron procesiones para recoger las máscaras carnavalescas, los libros obscenos y todos los objetos superfluos que servían a la vanidad. Con todos esos objetos formaron en la plaza pública una pirámide de 20 metros de altura, y le prendieron fuego. Mientras esa pirámide ardía, el pueblo cantaba himnos y las campanas de la ciudad repicaban anunciando la victoria.

 

Si entonces la situación política allí hubiese sido igual a la que hubo después en Alemania, el intrépido y piadoso Jerónimo habría sido por cierto el instrumento usado para iniciar el movimiento de la Gran Reforma, en vez de Martín Lutero. A pesar de todo, Savonarola se convirtió en uno de los osados y fieles heraldos que condujo al pueblo hacia la fuente pura y las verdades apostólicas de las Sagradas Escrituras.

 

Jerónimo era el tercero de la familia Savonarola. Sus padres eran personas cultas y mundanas, y gozaban de mucha influencia. Su abuelo paterno era un famoso médico de la corte del duque de Ferrara, y los padres de Jerónimo deseaban que su hijo llegase a ocupar el lugar del abuelo. En el colegio fue un alumno que se distinguió por su aplicación. Sin embargo, los estudios de la Filosofía de Platón, así como de Aristóteles, solo consiguieron envanecerlo. Sin duda alguna, fueron los escritos del célebre hombre de Dios, Tomás de Aquino, lo que más influencia ejerció en él, además de las propias escrituras, para que entregase enteramente su corazón y su vida a Dios. Cuando aún era niño, tenía la costumbre de orar, y a medida que fue creciendo, su fervor en la oración y el ayuno fue en aumento. Pasaba muchas horas seguidas orando. La decadencia de la Iglesia, llena de toda clase de vicios y pecados, el lujo y la ostentación de los ricos en contraste con la profunda pobreza de los pobres, le afligían el corazón. Pasaba mucho tiempo solo en los campos y a orillas del río Po, meditando y en contemplación en la presencia de Dios, ya cantando, ya llorando, conforme a los sentimientos que le ardían en el pecho. Siendo aún muy joven, Dios comenzó a hablarle en visiones. La oración era su mayor consuelo; las gradas del altar, donde permanecía postrado horas enteras, quedaban a menudo mojadas con sus lágrimas.

 

Hubo un tiempo en que Jerónimo comenzó a enamorar a cierta joven Florentina. Sin embargo, cuando la muchacha le hizo comprender que su orgullosa familia Strozzi nunca consentiría su unión con alguien de la familia Savonarola, que ellos despreciaban, Jerónimo abandonó por completo la idea de casarse. Volvió entonces a orar con un fervor creciente. Resentido con el mundo, desilusionado de sus propios anhelos, sin encontrar a nadie que le pudiese aconsejar, y cansado de presenciar las injusticias y perversidades que lo rodeaban, sin poder remediarlas, resolvió abrazar la vida monástica.

 

Al presentarse al convento, no pidió el privilegio de hacerse monje, sino solamente que lo aceptasen para realizar lo servicios más humildes de la cocina, de la huerta y del monasterio.

 

En el claustro, se dedicó con más ahínco aún a la oración, al ayuno y a la contemplación en la presencia de Dios. Sobresalía entre todos los demás monjes por su humildad, sinceridad y obediencia, por lo que lo designaron para enseñar filosofía, posición que ocupó hasta salir del convento.

 

Después de haber pasado siete años en el monasterio de Boloña, Fray Jerónimo fue para el convento de San Marcos, en Florencia. Cuando llegó, su desilusión fue muy grande al comprobar que el pueblo florentino era tan depravado como el de cualquier otro lugar. Hasta entonces no había reconocido que solamente la fe en Cristo es la que salva.

 

Al completar un año en el convento de San Marcos, fue nombrado instructor de los novicios y, por fin, lo designaron predicador del monasterio. A pesar de tener a su disposición una excelente biblioteca, Savonarola usaba cada vez más la Biblia como su libro de instrucción.

 

Sentía cada vez más el terror y la venganza del día del Señor, que vendrá, y a veces se ponía a tronar desde el púlpito, contra la impiedad del pueblo. Eran tan pocos los que asistían a sus predicaciones, que resolvió dedicarse por entero a la instrucción de los novicios. Sin embargo, igual que Moisés, no podía de esa manera escapar al llamamiento de Dios.

 

Cierto día, al dirigirse a una monja, vio de repente, que los cielos se abrieron, y delante de sus ojos pasaron todas las calamidades que sobrevendrán a la Iglesia. Entonces le pareció oír una voz que desde el cielo le ordenaba que anunciara todas esas cosas a la gente.

 

Convencido de que la visión era del Señor, comenzó nuevamente a predicar con voz de trueno. Bajo una nueva unción del Espíritu Santo, sus sermones condenando el pecado eran tan impetuosos, que muchos de los oyentes se quedaban por algún tiempo aturdidos y sin deseos de hablar en las calles. Era común durante sus sermones, oír resonar los sollozos y el llanto de la gente en la iglesia. En otras ocasiones, tanto hombres como mujeres, de todas las edades y de todas las clases sociales, rompían en vehemente llanto.

 

El fervor de Savonarola en la oración aumentaba día por día y su fe crecía en la misma proporción. Frecuentemente, mientras oraba, caía en éxtasis. Cierta vez, estando sentado en el púlpito, le sobrevino una visión que lo dejó inmóvil durante cinco horas; mientras tanto su rostro brillaba, y los oyentes que estaban en la iglesia lo contemplaban.

 

En todas partes donde Savonarola predicaba, sus sermones contra el pecado producían profundo terror. Los hombres más cultos comenzaron entonces a asistir a sus predicaciones en Florencia; fue necesario realizarlas reuniones en el Duomo, famosa catedral, donde continuó predicando durante ocho años. La gente se levantaba a medianoche y esperaba en la calle hasta la hora en que abrían la catedral.

 

El corrompido regente de Florencia, Lorenzo de Médicis, trató por todos los medios posibles, como la lisonja, las dádivas de cohecho, las amenazas y los ruegos, inducir a Savonarola a que desistiese de predicar contra el pecado y, especialmente, contra las perversidades del regente. Por fin, viendo que todo era inútil, contrató al famoso predicador Fray Mariano para que predicase contra Savonarola. Fray Mariano predicó un sermón, pero el pueblo no le prestó atención a su elocuencia y astucia, por lo que no se atrevió a predicar más.

 

Fue en ese tiempo que Savonarola profetizó que Lorenzo, el papa y el rey de Nápoles iban a morir dentro de un año, lo que efectivamente sucedió.

 

Después de la muerte de Lorenzo, Carlos VIII de Francia invadió a Italia y la influencia de Savonarola aumentó todavía más. La gente abandonó la literatura banal y mundana para leer los sermones del famoso predicador. Los ricos socorrían a los pobres en vez de oprimirlos. Fue en ese tiempo que el pueblo preparó una gran hoguera en la plaza de Florencia y quemó una gran cantidad de artículos usados para fomentar vicios y vanidades. En la gran catedral Duomo ya no cabían más los inmensos auditorios.

 

Sin embargo el éxito de Savonarola fue muy breve. El predicador fue amenazado, excomulgado y, por fin, en el año 1498, por orden del papa, fue ahorcado y su cadáver quemado en la plaza pública. Pronunciando las palabras: “¡El Señor sufrió tanto por mi!” terminó la vida terrenal de uno de los más grandes y abnegados mártires de todos los tiempos.

 

A pesar de que hasta la hora de su muerte sustentó muchos de los errores de la Iglesia Romana, enseñaba que todos los que en realidad son creyentes están en la verdadera iglesia. En todo momento alimentaba su alma con la Palabra de Dios. Los márgenes de las páginas de su Biblia están llenos de notas escritas mientras meditaba en las Escrituras. Conocía de memoria una gran parte de la Biblia y podía abrirla y hallar al instante cualquier texto. Pasaba noches enteras orando, y tuvo la gracia de recibir algunas revelaciones mediante éxtasis o visiones. Sus libros titulados “La Humildad”, “La Oración”, “El Amor”, etc., continúan ejerciendo gran influencia sobre los hombres.

 

Destruyeron el cuerpo de ese precursor de la Gran Reforma, pero no pudieron apagar las verdades que Dios, por su intermedio, grabó en el corazón del pueblo.

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Comentarios: 15
  • #1

    Adrian (viernes, 29 noviembre 2013 10:53)

    Curiosamente a nadie parece interesarle lo relacionado con la reforma ni como hnos en otros tiempos fueron en contra de la moda y moral impuestos por gobiernos y culturas, abrazàndo la fè verdadera marcharon contra los grandes dominadores de la ploitica y la iglesia para dar su vida por amor a Cristo, gracias hnos que escriben estos testimonios de hombres que tanta falta hacen hoy, el Dios Eterno les siga bendiciendo.

  • #2

    Leonel (jueves, 08 mayo 2014 18:39)

    Estas biografias de los hombres de iglesia, hombres de Dios de la historia, son muy inspiradoras, y aleccionadoras, nos impulsan a buscar mas del Señor, en oración y estudio de la Biblia.

  • #3

    Oscar (lunes, 26 mayo 2014 21:30)

    muy buena información sobre este gran reformador DIOS les bendiga

  • #4

    agsaba57 (domingo, 22 junio 2014 03:31)

    que gran comentario de hombres que aman la verdad, y son temerosos de DIOS. es lo que hoy día no hay en la iglesia

  • #5

    agsaba57 (domingo, 22 junio 2014 03:35)

    gracias a quien hizo posible esta biografía DIOS les bendiga

  • #6

    nicolas lantigua pascasio (domingo, 21 septiembre 2014 17:05)

    muy bella la historia de savonarola, lo lamentable es que los hombres que dicen la verdad son de muy poca existecia en la vida porque la verdad duele y el que hace lo malos no la acepta,gracias que DIOS les bendigas,

  • #7

    Francisco Javier Folgar Alarcon (viernes, 27 febrero 2015 15:08)

    Cuando sabemos lo que Dios quiere de nuestra vida, no lê tememos a nada no nadie.

  • #8

    Lilian Machuca (lunes, 01 febrero 2016 11:29)

    Excelente biografía,doy gracias a Dios por el que escribió y por Savonarola y aunque lo mataron para acallarlo, el Espíritu de la Reforma no murió sino que es una llama que crece u crece, a punto de dar a Luz!!

  • #9

    Fabián de argentina (miércoles, 22 junio 2016 17:48)

    Me a bendecido grandemente, por lo que se ve,la vida fervorosa de Jerónimo de savonarola. Hermosa historia y muy inspiradora!!!

  • #10

    cesar (martes, 12 julio 2016 11:36)

    Donde están aquellos 3 que en babilonia prefirieron ser quemados a ceder?, donde estan esos hombres que realmente tienen pasión por el santo mensaje de fe?.-
    Es difícil hoy en día saber que aun quedan hombres así.. gracias hrnos. por este gran trabajo de poner estos nombres como JERÓNIMO SAVONAROLA de ejemplo de esta pasión por lo genuino del mensaje de Dios.-

  • #11

    isaias (jueves, 27 octubre 2016 19:14)

    excelente

  • #12

    Rene (lunes, 09 enero 2017 15:20)

    Muy interesante lo que se encuentra en esta página sólo. Asi podemos aprender mas gracias

  • #13

    Guillermo MS (viernes, 24 agosto 2018 16:56)

    24 DE AGOSTO 2018. Soy amante al estudio de la Palabra y de estos temas interesantes. Gracias por brindar esta información. BENDICIONES.

  • #14

    Emperatriz Meza (sábado, 25 agosto 2018 10:24)

    al igual que en aquellos tiempos, hoy nos encontramos enfrentando los mismos pecados, Nuestro desafío es a ser hombres y mujeres de Dios que con igual valentía nos preparemos para ser voceros en integridad y sabiduría para la honrra y gloria de Dios

  • #15

    Rudy Ramirez (domingo, 11 agosto 2019 11:53)

    Gracias por publicar tan valiosa información Dios les bendiga grandemente. Solo una consulta necesito ayuda para descubrir las herejías de la iglesia católica quiénes las fundaron y sus fechas.

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