Los vencidos

dioses egipcios

 

Los egipcios adoraban a miles de dioses, si bien sólo alrededor de 1500 son conocidos por su nombre. Los antepasados hebreos del pueblo de Israel, por su parte, conocían un solo Dios. Debido a este contraste, durante el preludio del Éxodo sus descendientes esclavizados en Egipto fueron testigos del poder del Dios único y verdadero sobre cualquier otro.

 

La delimitación de los dioses y diosas de Egipto como ídolos, significaba que Israel se distinguiría de las demás naciones con respecto a quién iban a adorar. Finalmente, una vez que llegaran al Monte Sinaí en su viaje desde Egipto a la tierra prometida, irían a recibir los Diez Mandamientos en forma codificada, dos de los cuales hacen referencia a los demás dioses.

 

El Primer Mandamiento habla de la exclusiva relación entre Dios y su pueblo: «No tendrás dioses ajenos delante de mí» (Éxodo 20:3). Esto prohíbe una relación con cualquier otro (extranjero) dios. El Segundo Mandamiento rige contra la creación o adoración de representaciones de dichos «dioses», ya sea que su origen sea terrestre, del mar o del firmamento (versículos 4–5). Los israelitas no habrían de crear ni postrarse ante tales imágenes o ídolos.

 

Si bien la idea de la idolatría debió ser ajena a ellos al momento del Éxodo, habían vivido durante siglos dentro de la sociedad egipcia, rodeados de múltiples deidades. ¿Es por esto por lo que poco después de haber salido de Egipto, bajo la mano de Dios, que fácilmente indujeron a Aarón a forjarles un ídolo de metal? Durante la ausencia de Moisés por cerca de seis semanas mientras recibía los Diez Mandamientos, se nos dice que «el pueblo se ha corrompido… . Se han hecho un becerro de oro fundido, y lo están adorando» (Éxodo 32:7–8, Versión RVC). A pesar de que un festival dedicado a Yahvé subsiguió al forjamiento del «becerro de fundido» (versículos 4–5, RVC), ¿fue la familiaridad del pueblo con las deidades egipcias lo que promovió este repentino decaer?

Debido a que gran parte de la naturaleza es una manifestación de lo divino, quizá fue inevitable la multitud de dioses dentro de la sociedad pagana de Egipto. Sin embargo, de acuerdo al Dios creador, la dependencia en objetos de adoración que son copias del mundo creado, es una búsqueda inútil. Al momento de la liberación de los hijos de Israel, Yahvé dejó en claro la diferencia entre la adoración de lo creado y el Creador. Al traer la décima plaga final, Dios dijo, «Dictaré sentencia contra todos los dioses de Egipto: Yo el Señor» (Éxodo 12:12).

 

En vista de cuál de los dioses egipcios conocidos puede relacionarse con cada una de las plagas, podemos empezar a entender cómo se llevó a cabo el juicio de Dios. Fue la creencia de los egipcios en la existencia de sus dioses lo que sería un desafiado. El hecho de que los dioses no pudieron afectar ningún cambio en el curso de ninguna de las plagas, demostraría que eran deidades inexistentes y que Dios es el Único fiel a su palabra: «Yo, el SEÑOR».

Jehova dícta sentencia

contra todos los dioses de Egipto

1. Agua Vuelta en Sangre (Éxodo 7:14–25) "Entonces Jehová dijo a Moisés: El corazón de Faraón está endurecido, y no quiere dejar ir al pueblo. Vé por la mañana a Faraón, he aquí que él sale al río; y tú ponte a la ribera delante de él, y toma en tu mano la vara que se volvió culebra, y dile: Jehová el Dios de los hebreos me ha enviado a ti, diciendo: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva en el desierto; y he aquí que hasta ahora no has querido oír. Así ha dicho Jehová: En esto conocerás que yo soy Jehová: he aquí, yo golpearé con la vara que tengo en mi mano el agua que está en el río, y se convertirá en sangre. Y los peces que hay en el río morirán, y hederá el río, y los egipcios tendrán asco de beber el agua del río. Y Jehová dijo a Moisés: Dí a Aarón: Toma tu vara, y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus arroyos y sobre sus estanques, y sobre todos sus depósitos de aguas, para que se conviertan en sangre, y haya sangre por toda la región de Egipto, así en los vasos de madera como en los de piedra. Y Moisés y Aarón hicieron como Jehová lo mandó; y alzando la vara golpeó las aguas que había en el río, en presencia de Faraón y de sus siervos; y todas las aguas que había en el río se convirtieron en sangre. Asimismo los peces que había en el río murieron; y el río se corrompió, tanto que los egipcios no podían beber de él. Y hubo sangre por toda la tierra de Egipto. Y los hechiceros de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos; y el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó; como Jehová lo había dicho. Y Faraón se volvió y fue a su casa, y no dio atención tampoco a esto. Y en todo Egipto hicieron pozos alrededor del río para beber, porque no podían beber de las aguas del río. Y se cumplieron siete días después que Jehová hirió el río. 

 

=dioses vencidos=

 

La importancia central del Nilo para la vida y la prosperidad de Egipto explica el comentario del antiguo historiador Heródoto, «Egipto es el regalo del Nilo». A varios dioses se les asociaba con el rio:

  1. el dios Hapy se le reconocía ser el divino poder del rio
  2. el dios Jnum era el guardián del origen del Nilo;
  3. el dios Osiris era responsable del desbordamiento anual que traía suelo fértil.

Otros dioses estaban asociados con los peces y cocodrilos del rio. Aunque los magos de Faraón podían producir en el agua un efecto semejante a la sangre, por medio de Su intervención el Dios de los hebreos señaló la inferioridad esos dioses.

2. Ranas (Éxodo 8:1–15) Entonces Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia de Faraón y dile: Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. Y si no lo quisieres dejar ir, he aquí yo castigaré con ranas todos tus territorios. Y el río criará ranas, las cuales subirán y entrarán en tu casa, en la cámara donde duermes, y sobre tu cama, y en las casas de tus siervos, en tu pueblo, en tus hornos y en tus artesas. Y las ranas subirán sobre ti, sobre tu pueblo, y sobre todos tus siervos. Y Jehová dijo a Moisés: Dí a Aarón: Extiende tu mano con tu vara sobre los ríos, arroyos y estanques, para que haga subir ranas sobre la tierra de Egipto. Entonces Aarón extendió su mano sobre las aguas de Egipto, y subieron ranas que cubrieron la tierra de Egipto. Y los hechiceros hicieron lo mismo con sus encantamientos, e hicieron venir ranas sobre la tierra de Egipto. Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Orad a Jehová para que quite las ranas de mí y de mi pueblo, y dejaré ir a tu pueblo para que ofrezca sacrificios a Jehová. Y dijo Moisés a Faraón: Dígnate indicarme cuándo debo orar por ti, por tus siervos y por tu pueblo, para que las ranas sean quitadas de ti y de tus casas, y que solamente queden en el río. Y él dijo: Mañana. Y Moisés respondió: Se hará conforme a tu palabra, para que conozcas que no hay como Jehová nuestro Dios. Y las ranas se irán de ti, y de tus casas, de tus siervos y de tu pueblo, y solamente quedarán en el río. Entonces salieron Moisés y Aarón de la presencia de Faraón. Y clamó Moisés a Jehová tocante a las ranas que había mandado a Faraón. E hizo Jehová conforme a la palabra de Moisés, y murieron las ranas de las casas, de los cortijos y de los campos. Y las juntaron en montones, y apestaba la tierra. Pero viendo Faraón que le habían dado reposo, endureció su corazón y no los escuchó, como Jehová lo había dicho. 

 

=dioses vencidos=

 

La diosa Heket, consorte de Jnum, representada ya sea como una rana o como una mujer con cabeza de rana. A esta se le asociaba con la formación de la criatura en el vientre, estaba presente con las parteras durante el nacimiento y la fertilidad. Una vez más, no pudo hacer nada para impedir la plaga.

 

3. Piojos (Éxodo 8:16–19) Éxo 8:16  "Entonces Jehová dijo a Moisés: Dí a Aarón: Extiende tu vara y golpea el polvo de la tierra, para que se vuelva piojos por todo el país de Egipto. Y ellos lo hicieron así; y Aarón extendió su mano con su vara, y golpeó el polvo de la tierra, el cual se volvió piojos, así en los hombres como en las bestias; todo el polvo de la tierra se volvió piojos en todo el país de Egipto. Y los hechiceros hicieron así también, para sacar piojos con sus encantamientos; pero no pudieron. Y hubo piojos tanto en los hombres como en las bestias. Entonces los hechiceros dijeron a Faraón: Dedo de Dios es éste. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho". 

 

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La palabra hebrea kinnim se traduce de varias formas «piojos», «mosquitos».

 

el dios Geb (o Seb) era el dios de la tierra; el hecho de que «el polvo de la tierra» fue convertido en innumerables insectos molestos fue una gran vergüenza para él, sin embargo, este fue incapaz de revertir la plaga.

 

Inclusive los sacerdotes se vieron afectados: la escrupulosa limpieza—frecuente lavado así como el afeitado del cuerpo de todo el vello para evitar precisamente este tipo de plaga—era un requisito previo para el desempeño de sus deberes sacerdotales, mas todo fue en vano. Tan así que ni siquiera podían entrar en los templos y suplicar a sus dioses para poner fin a la infestación.

4. Moscas (Éxodo 8:20–32)  "Jehová dijo a Moisés: Levántate de mañana y ponte delante de Faraón, he aquí él sale al río; y dile: Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. Porque si no dejas ir a mi pueblo, he aquí yo enviaré sobre ti, sobre tus siervos, sobre tu pueblo y sobre tus casas toda clase de moscas; y las casas de los egipcios se llenarán de toda clase de moscas, y asimismo la tierra donde ellos estén. Y aquel día yo apartaré la tierra de Gosén, en la cual habita mi pueblo, para que ninguna clase de moscas haya en ella, a fin de que sepas que yo soy Jehová en medio de la tierra. Y yo pondré redención entre mi pueblo y el tuyo. Mañana será esta señal. Y Jehová lo hizo así, y vino toda clase de moscas molestísimas sobre la casa de Faraón, sobre las casas de sus siervos, y sobre todo el país de Egipto; y la tierra fue corrompida a causa de ellas. Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Andad, ofreced sacrificio a vuestro Dios en la tierra. Y Moisés respondió: No conviene que hagamos así, porque ofreceríamos a Jehová nuestro Dios la abominación de los egipcios. He aquí, si sacrificáramos la abominación de los egipcios delante de ellos, ¿no nos apedrearían? Camino de tres días iremos por el desierto, y ofreceremos sacrificios a Jehová nuestro Dios, como él nos dirá. Dijo Faraón: Yo os dejaré ir para que ofrezcáis sacrificios a Jehová vuestro Dios en el desierto, con tal que no vayáis más lejos; orad por mí.  Y respondió Moisés: He aquí, al salir yo de tu presencia, rogaré a Jehová que las diversas clases de moscas se vayan de Faraón, y de sus siervos, y de su pueblo mañana; con tal que Faraón no falte más, no dejando ir al pueblo a dar sacrificio a Jehová. Entonces Moisés salió de la presencia de Faraón, y oró a Jehová. Y Jehová hizo conforme a la palabra de Moisés, y quitó todas aquellas moscas de Faraón, de sus siervos y de su pueblo, sin que quedara una. Mas Faraón endureció aun esta vez su corazón, y no dejó ir al pueblo. 

 

Debido a que la palabra hebrea arov sólo aparece aquí en las Escrituras, la naturaleza de esta plaga es incierta. Puede significar «mezcla», y se cree por algunos que indica un enjambre de moscas —posiblemente el ántrax portador de moscas que muerden encontradas en las regiones subtropicales. Si esto es correcto, podría explicar por qué los israelitas en el clima mediterráneo de la tierra de Gosén no fueron afectados. Ciertamente los dioses egipcios no tenían poder para controlar a los nocivos enjambres.

 

5. Muerte del Ganado (Éxodo 9:1–7) "Entonces Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia de Faraón, y dile: Jehová, el Dios de los hebreos, dice así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. Porque si no lo quieres dejar ir, y lo detienes aún, he aquí la mano de Jehová estará sobre tus ganados que están en el campo, caballos, asnos, camellos, vacas y ovejas, con plaga gravísima. Y Jehová hará separación entre los ganados de Israel y los de Egipto, de modo que nada muera de todo lo de los hijos de Israel. Y Jehová fijó plazo, diciendo: Mañana hará Jehová esta cosa en la tierra. Al día siguiente Jehová hizo aquello, y murió todo el ganado de Egipto; mas del ganado de los hijos de Israel no murió uno. Entonces Faraón envió, y he aquí que del ganado de los hijos de Israel no había muerto uno. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no dejó ir al pueblo." 

=dioses vencidos=

 

Por lo menos cuatro dioses estaban relacionados con los animales domésticos:

  1. el toro Apis del dios Ptah;
  2. Merur, toro sagrado del dios Ra;
  3. la diosa Hathor con cabeza de vaca ;
  4. y Khnum, el dios carnero.

Nadie pudo detener la destrucción del ganado de Egipto por una enfermedad infecciosa o pestilencia.

6. Ulceras (Éxodo 9:8–12) "Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Tomad puñados de ceniza de un horno, y la esparcirá Moisés hacia el cielo delante de Faraón;  y vendrá a ser polvo sobre toda la tierra de Egipto, y producirá sarpullido con úlceras en los hombres y en las bestias, por todo el país de Egipto. Y tomaron ceniza del horno, y se pusieron delante de Faraón, y la esparció Moisés hacia el cielo; y hubo sarpullido que produjo úlceras(A) tanto en los hombres como en las bestias. Y los hechiceros no podían estar delante de Moisés a causa del sarpullido, porque hubo sarpullido en los hechiceros y en todos los egipcios. Pero Jehová endureció el corazón de Faraón, y no los oyó, como Jehová lo había dicho a Moisés. 

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La diosa con cabeza de leona Sejmet era a la vez la causa y la protectora de las epidemias, e Imhotep era el dios de la medicina. La diosa más importante de Egipto, Isis, se le reverenciaba por su poder mágico para proteger y sanar. Sin embargo, la prevención de la infección y la promoción de la sanación no sucedieron con esta plaga.

7. Granizo (Éxodo 9:22–26)  "Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo, para que venga granizo en toda la tierra de Egipto sobre los hombres, y sobre las bestias, y sobre toda la hierba del campo en el país de Egipto. Y Moisés extendió su vara hacia el cielo, y Jehová hizo tronar y granizar, y el fuego se descargó sobre la tierra; y Jehová hizo llover granizo sobre la tierra de Egipto. Hubo, pues, granizo, y fuego mezclado con el granizo, tan grande, cual nunca hubo en toda la tierra de Egipto desde que fue habitada. Y aquel granizo hirió en toda la tierra de Egipto todo lo que estaba en el campo, así hombres como bestias; asimismo destrozó el granizo toda la hierba del campo, y desgajó todos los árboles del país. Solamente en la tierra de Gosén, donde estaban los hijos de Israel, no hubo granizo. 

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Shu y Nut eran el dios del aire y la diosa del cielo; ni ellos ni el dios y las diosas vinculados con la agricultura, Osiris e Isis, pudieron proteger a los cultivos maduros de la destrucción que cayó sin control a través de la atmósfera.

8. Langostas (Éxodo 10:3–6)  "Entonces vinieron Moisés y Aarón a Faraón, y le dijeron: Jehová el Dios de los hebreos ha dicho así: ¿Hasta cuándo no querrás humillarte delante de mí? Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. Y si aún rehúsas dejarlo ir, he aquí que mañana yo traeré sobre tu territorio la langosta,  la cual cubrirá la faz de la tierra, de modo que no pueda verse la tierra; y ella comerá lo que escapó, lo que os quedó del granizo; comerá asimismo todo árbol que os fructifica en el campo. Y llenará tus casas, y las casas de todos tus siervos, y las casas de todos los egipcios, cual nunca vieron tus padres ni tus abuelos, desde que ellos fueron sobre la tierra hasta hoy. Y se volvió y salió de delante de Faraón". 

 

Éxodo 10:14-15  Y subió la langosta sobre toda la tierra de Egipto, y se asentó en todo el país de Egipto en tan gran cantidad como no la hubo antes ni la habrá después; y cubrió la faz de todo el país, y oscureció la tierra; y consumió toda la hierba de la tierra, y todo el fruto de los árboles que había dejado el granizo; no quedó cosa verde en árboles ni en hierba del campo, en toda la tierra de Egipto. 

 

=dioses vencidos=

 

Del mismo modo, Osiris e Isis fueron incapaces de dar marcha atrás a las langostas que asolaban devorando lo que quedaba en el campo después del granizo devastador.

9. Tinieblas (Éxodo 10:21–29)  Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo, para que haya tinieblas(B) sobre la tierra de Egipto, tanto que cualquiera las palpe. Y extendió Moisés su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas sobre toda la tierra de Egipto, por tres días. Ninguno vio a su prójimo, ni nadie se levantó de su lugar en tres días; mas todos los hijos de Israel tenían luz en sus habitaciones. Entonces Faraón hizo llamar a Moisés, y dijo: Id, servid a Jehová; solamente queden vuestras ovejas y vuestras vacas; vayan también vuestros niños con vosotros. 

 

=dioses vencidos=

 

Varios dioses del sol estaban conectados con esta plaga: Ra, Khepre, Harakhte, Atón, Horus y Atum. El dios de la luna, Thoth, y el cielo y las deidades del aire, Nut y Shu, estaban todos implicados en el fracaso de poner fin a tres días de oscuridad.

 

10. Muerte de los Primogénitos (Éxodo 11:1–7)  "Jehová dijo a Moisés: Una plaga traeré aún sobre Faraón y sobre Egipto, después de la cual él os dejará ir de aquí; y seguramente os echará de aquí del todo. Habla ahora al pueblo, y que cada uno pida a su vecino, y cada una a su vecina, alhajas de plata y de oro. Y Jehová dio gracia al pueblo en los ojos de los egipcios. También Moisés era tenido por gran varón en la tierra de Egipto, a los ojos de los siervos de Faraón, y a los ojos del pueblo. Dijo, pues, Moisés: Jehová ha dicho así: A la medianoche yo saldré por en medio de Egipto, y morirá todo primogénito en tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sienta en su trono, hasta el primogénito de la sierva que está tras el molino, y todo primogénito de las bestias. Y habrá gran clamor por toda la tierra de Egipto, cual nunca hubo, ni jamás habrá. Pero contra todos los hijos de Israel, desde el hombre hasta la bestia, ni un perro moverá su lengua, para que sepáis que Jehová hace diferencia entre los egipcios y los israelitas". 

 

Éxo 12:29-32  Y aconteció que a la medianoche Jehová hirió a todo primogénito(D) en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sentaba sobre su trono hasta el primogénito del cautivo que estaba en la cárcel, y todo primogénito de los animales. Y se levantó aquella noche Faraón, él y todos sus siervos, y todos los egipcios; y hubo un gran clamor en Egipto, porque no había casa donde no hubiese un muerto. E hizo llamar a Moisés y a Aarón de noche, y les dijo: Salid de en medio de mi pueblo vosotros y los hijos de Israel, e id, servid a Jehová, como habéis dicho. Tomad también vuestras ovejas y vuestras vacas, como habéis dicho, e idos; y bendecidme también a mí. 

 

=dioses vencidos=

 

Min, el dios de la procreación; Isis, la gran diosa madre, una sanadora y protectora, aparentemente capaz de traer los muertos a la vida; la diosa del parto Hathor ; y el toro sagrado Apis, el cual la mitología sugiere era en sí mismo un primogénito—ninguno pudo evitar la muerte general de los seres humanos y los animales primogénitos. Aunque el propio Faraón era considerado divino, su hogar no se salvó: su primogénito murió también.

 

El recuerdo de Israel entre la conexión de las plagas de Egipto y la idolatría fue muy corto. Como se ha señalado ya, pronto se fabricaron un becerro de oro.

 

Es interesante que Dios les trajo una plaga por haberlo hecho (véase Éxodo 32:35).

 

Cuando el autor del libro de los Hebreos reflexionó en la salida de Moisés de Egipto en el Éxodo, observó que su fe estaba puesta en el Dios invisible. Esto estaba en contraste con los dioses visibles de Egipto, cuyos templos, estatuas y pinturas estaban por todas partes. Sin embargo, esos dioses habían logrado nada por sus seguidores.

 

El problema de adorar y servir a la creatura en lugar del Creador es un problema universal humano. Los dioses y diosas de Egipto porfiaron mucho después de que Israel dejara la esclavitud detrás. En el mundo grecorromano del apóstol Pablo, existían templos dedicados a Isis y Serapis (una mezcla de los dioses egipcios Osiris y Apis). Escribió de la gente de su tiempo, «Aunque afirmaban que eran sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios inmortal por imágenes de hombres mortales—de aves, de cuadrúpedos y de reptiles» (Romanos 1:22–23).

 

Esto, dijo, los llevo a una mente depravada (versículo 28) y a muchas de las características destructivas que vemos en el mundo moderno. Enumeró las siguientes fallas humanas:

 

"Están atiborrados de toda clase de injusticia, inmoralidad sexual, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades. Son murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, insensibles, implacables, inmisericordes" (versículos 29–31).

 

Cuando Dios mostró su poder sobre los dioses de Egipto, Él, igualmente demostró la necesidad de que todos los seres humanos reconocieran que la idolatría conduce a una mente corrupta, incapaz de verdaderos valores piadosos.

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