La abominable práctica de

“Pactar con Dios”

 

Recuerda que dar dinero para recibir “una bendición espiritual”, llámese sanidad, pago de deuda, liberación, prosperidad o unción, no tiene fundamento en las Escrituras y lo que es peor: es contrario a las Escrituras. 

 

Es contrario porque menosprecia la absoluta eficacia de la Sangre de Cristo, al considerarla insuficiente; como si a esa Sangre hubiese que agregarle unos billetes para ser atendidos, oídos o aceptados por Dios.

 

La Gracia de Jesucristo, es decir lo que Él obtuvo en la Cruz del Calvario para nosotros, es el Pacto en su Sangre, y es suficiente para suplir todas nuestras necesidades conforme a la voluntad de Dios.

 

Nunca Dios te pedirá algo de lo que no te ha dado,  la ofrenda de dinero es una gratitud por lo recibido, no un trueque para recibir más. 2 Corintios 9:7 leemos.  Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.

 

Entonces debe ser voluntaria, generosa y con alegría. Además de ser sistemática. Pablo sugirió; "Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas". 1a. Cor.16:2

 

Y según Dios nos haya  prosperado. Deu 16:17 dice: cada uno con la ofrenda de su mano, conforme a la bendición que Jehová tu Dios te hubiere dado. 

 

Si das a Dios esperando recibir, le haces a Él deudor, si das a Dios en gratitud por lo que has recibido estás reconociendo que tú eres el deudor de su generosidad.

 

Aun desde la antigüedad era Dios quien movía a su pueblo a ser generoso y dar de manera voluntaria. Su palabra dice: Éxodo 35:21-29  DICE: Y todo aquel a quien impulsó su corazón y todo aquel a quien movió su espíritu, vino y trajo la ofrenda del SEÑOR para la obra de la tienda de reunión, para todo su servicio y para las vestiduras santas. Todos aquellos de corazón generoso, tanto hombres como mujeres, vinieron y trajeron broches, pendientes, anillos y brazaletes, toda clase de objetos de oro; cada cual, pues, presentó una ofrenda de oro al SEÑOR. Y todo aquel que tenía tela azul, púrpura, escarlata y lino fino, pelo de cabra, pieles de carnero teñidas de rojo y pieles de marsopa, los trajo. Todo aquel que podía hacer una contribución de plata y bronce trajo la contribución reservada para el SEÑOR; y todo el que tenía madera de acacia para cualquier obra del servicio, la trajo. Y todas las mujeres hábiles hilaron con sus manos, y trajeron lo que habían hilado, de tela azul, púrpura, escarlata y lino fino. Y todas las mujeres cuyo corazón las llenó de habilidad, hilaron pelo de cabra. Y los jefes trajeron piedras de ónice y piedras de engaste para el efod y para el pectoral; y las especias y el aceite para el alumbrado, para el aceite de la unción y para el incienso aromático. Los hijos de Israel, todos los hombres y mujeres cuyo corazón los movía a traer algo para toda la obra que el SEÑOR había ordenado por medio de Moisés que se hiciera, trajeron una ofrenda voluntaria al SEÑOR.

 

Tal fue la abundante generosidad, que le dijeron a Moisés que parara al pueblo de traer ofrendas. La palabra dice: y hablaron a Moisés, diciendo: El pueblo trae mucho más de lo que se necesita para la obra que Jehová ha mandado que se haga. Entonces Moisés mandó pregonar por el campamento, diciendo: Ningún hombre ni mujer haga más para la ofrenda del santuario. Así se le impidió al pueblo ofrecer más; pues tenían material abundante para hacer toda la obra, y sobraba. Exodo.36:6-7

 

“Pactar con Dios” para recibir, o dar algo a cambio es ignorar el “Nuevo Pacto en su Sangre”

 

1Corintios 11:25  Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí. 

 

Este es el único pacto que reconocemos y recordamos cada día, es único, eterno, perfecto y suficiente. 

 

Quien promete bendiciones a cambio de una ofrenda de dinero es un estafador y un falso profeta, quien espera recibir algo de Dios ofrendando o sembrando dinero por necesidad, practica la abominable simonía: obtención de bienes y favores espirituales por medio de bienes materiales.

 

Recuerda lo que Pedro le dijo a Simón el mago: “Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero“. 

 

De allí viene el término simonía, que es la compra-venta de bienes espirituales con bienes materiales. Contra esto lucharon los apóstoles de la iglesia primitiva y posteriormente los Reformadores. No caigamos en lo mismo otra vez.

 

No importa quien lo diga, ni que tan "importante" o famoso sea el predicador. No importa quien lo repita, aunque todos tus conocidos lo hagan, “Pactar con Dios es volver al Romanismo”, a las indulgencias, a los votos y promesas. Es menospreciar las Escrituras. Es menospreciar la soberanía de Dios. Es hacer afrenta del Espíritu Santo quien convence.

 

Dios es quien despierta y mueve los corazones para dar y trabajar en su obra. Lo hizo con el profeta Ageo. "Entonces Hageo enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová. Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios". Hageo 1:13-14

 

Lo mismo sucedió en el tiempo de Esdras, Dios despierta el espíritu de Ciro rey de Persia, sacerdotes, levitas y pueblo en general para restaurar el templo de Jerusalen.

 

La palabra dice: Entonces se levantaron los jefes de las casas paternas de Judá y de Benjamín, y los sacerdotes y levitas, todos aquellos cuyo espíritu despertó Dios para subir a edificar la casa de Jehová, la cual está en Jerusalén. Y todos los que estaban en sus alrededores les ayudaron con plata y oro, con bienes y ganado, y con cosas preciosas, además de todo lo que se ofreció voluntariamente.  Esd.1:6-7

 

AMADOS: Cuando necesitemos recursos para la obra del ministerio oremos a Dios exponiéndole las necesidades de su obra, y hablemos al pueblo con sinceridad y esperemos que Dios mueva y despierte los corazones agradecidos para ofrendar y para trabajar en su obra como sucedió con Moisés, Hageo y Esdras.

 

"Y todo aquel a quien impulsó su corazón y todo aquel a quien movió su espíritu, vino y trajo la ofrenda del SEÑOR para la obra de la tienda de reunión, para todo su servicio y para las vestiduras santas"

 

Bendiciones de lo alto.

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