SI USTED SE CAMBIA DE IGLESIA
1- No saque gente de la iglesia anterior para llevarla a su nueva iglesia, evite andar visitando gente para hablarles de su amargura. Respete a los que quieren quedarse así como respetaron cuando usted quiso irse.
2- No se vaya hablando lo malo de la anterior congregación, váyase en paz y fraternalmente.
3- Asegúrese de no irse porque se peleó con el Pastor o la iglesia, no es pecado cambiarse de iglesia, sin embargo sí es pecado cuando nos vamos para “remediar” el problema.
4- Si el Pastor le dio la confianza de servir en la iglesia o ministrar en el altar significa que usted era alguien de confianza, valore eso y no se vaya murmurando las cosas que según usted estaban mal en la iglesia
5- Si el Pastor le abrió la puerta de su casa y le dio la oportunidad de sentarse a comer en su mesa significa que usted era una persona querida y apreciada; mantenga la amistad, por favor no se vaya hablando mal del pastor y su familia.
6- Agradezca a Dios el tiempo que le permitió estar ahí. En ese tiempo usted fue abrazado y bendecido, la iglesia le ayudó a crecer, le arroparon como a un hijo. Bendiga ese lugar y retírese con una actitud de gratitud.
7- Busque una iglesia que además de aportarle algo a usted, sea un lugar donde usted pueda aportar y convertirse en una bendición para la gente y el pastor de la nueva iglesia. En cada iglesia siempre es bienvenida la gente que llega con una actitud de servicio.
8- Cuando llegue a su nueva iglesia hable todo lo positivo de su anterior iglesia, honre la vida de su ex pastor. Le trataran mejor, tendrán mejor concepto de usted si le ven como una persona de paz y que sabe honrar a sus hermanos en Cristo.
9- Cuando llegue a su nueva iglesia sea un fiel congregante, sea un dador generoso, sea un apasionado servidor, sea un ganador de almas, sea propositivo.
10- En mi experiencia pastoral recomendaría que no se cambien de iglesia. Así como Dios nos hace nacer en una determinada familia, el Señor también nos siembra en una congregación con los pastores que ÉL sabe bendecirán nuestra vida. Pero si por algún motivo usted se ve en la necesidad de emigrar a otra iglesia, procure que en el proceso no pierda amistades y no le quede el estigma del “hermano que va de iglesia en iglesia”. ¡Mi deseo es que Dios le bendiga y le ayude a elegir sabiamente el lugar donde habrá de congregarse!
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