EL AMOR, ES LA VARA

DE LA DISCIPLINA

 

 

El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige. Proverbios 13.24

 

En los dos capítulos inmediatamente anteriores, se puso el cimiento para el uso de la vara en el hogar cristiano. De veras, tratamos con principios que requieren balance. Si se usan unidos todos estos principios, son poderosos. Si no, son devastadores. Si pones por obra lo que hemos estado estudiando en los dos capítulos anteriores, pero niegas los siguientes, vas a criar hijos necios e incontrolables, que no le servirán a Dios y a ti te traerán vergüenza. En otras palabras, como se ha dicho anteriormente, si te niegas a relacionarte cariñosamente con tus hijos, pero sí los castigas con la vara, vas a criar a hijos que te despreciarán, aunque te obedezcan por temor y legalismo. Sí, ellos actuarán como androides en lugar de hijos amantes.

 

Ahora, quiero expresarte el objetivo de este capítulo: convencerte que el uso de la vara es una de las acciones más amorosas que puedes llevar a cabo con tus hijos. Sí, esta divina práctica está en la misma categoría de “muy amorosa” como el visitar el zoológico con tus hijos o como decirles palabras positivas o de superación. De hecho, trataré de convencerte que es pecado no usar la vara en la crianza de los hijos. La Palabra de Dios habla muy claramente sobre el asunto. Bueno, la versión española dice “El que detiene el castigo”, pero la versión Autorizada en inglés dice “El que detiene la vara”. Estudiando el versículo de la cita en el idioma hebreo, se nota que la palabra hebrea de la que se tradujo “castigo” se traduce literalmente como “vara”. Por lo tanto, se puede sustituir la palabra “castigo” en el versículo de la cita con la palabra “vara”, de modo que en este libro, se usará esta palabra. Según la cita, no es una opción, o sea uno no puede escoger entre usar la vara o no usarla. Mas bien, no usar la vara es pecado de omisión, que conlleva graves resultados. “Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.” (Hebreos 12.8)

 

En cierta ocasión, nos estuvo visitando una preciosa familia que no creía en el castigar con la vara. Para mí, era muy interesante el observar la relación que se daba entre los padres y los hijos de esa familia, pues era la primera ocasión en que conocí personalmente a personas con tal creencia. Los hijos de esa familia eran muy activos, y siempre tocaban las cosas que en mi casa no se debían tocar. Durante su visita, yo solamente fui un observador, mientras que los padres les rogaban calmadamente a sus hijos que se comportasen bien y se quedasen quietos. Y, por un momento, los hijos sí les obedecían, pero prontamente se ponían de pie e iban en búsqueda de algo para divertirse. Luego, los padres se les acercaban de nuevo, diciéndoles —Por favor Susana, cálmate y quédate quieta.

 

A mí me quedó claro quién fue el director durante aquella tarde. Sentí tristeza por esos padres, y oré por ellos en mi corazón, porque de veras ellos no hicieron una visita relajante. Anteriormente, ellos me habían dicho decididamente, —Nosotros no creemos en el castigar a los hijos con la vara, pues hay otras maneras para motivar a los niños a la obediencia. —No obstante, yo sabía que ellos vivían en la ignorancia y anhelaba que ambos, padres e hijos, pudieran ser librados para gozarse los unos de los otros.

 

Tres años después de aquella visita a nuestro hogar, una persona ajena le dio a esa pareja una copia de la grabación de mis sermones, El hogar piadoso. Además, el Señor les había dado otro precioso hijo, y él les estaba poniendo a prueba hasta el máximo a su teología acerca de la crianza de niños. Por esta razón, esa pareja escuchó los sermones con renovado interés, y al escuchar con corazón abierto el sermón sobre la aplicación de la vara para disciplinar, se dieron cuenta de su error. Así, el padre añadió el uso de la vara a sus otras maneras de demostrar cariño y luego dio el siguiente testimonio: “Mi vida hogareña ha aprovechado mucho con la aplicación de esto y siempre será algo bueno en lo sucesivo.”

 

Cuando predico sobre la disciplina en la vida de los hijos, siempre traigo conmigo una palita al culto. Mientras predico el sermón, de vez en cuando la muestro a la audiencia. Los distintos modos de responder a esta acción me son interesantes. Algunas personas ni quieren mirarla y dirigen su vista para otro lado. Los niños generalmente escuchan ese sermón con mucha atención… ¡quieren escuchar lo que el predicador dice acerca de castigar con la vara! Parece ser que ellos entienden que este sermón les va a afectar su futuro.

 

Una cierta madre me compartió su testimonio acerca de la reacción de su hijo al recibir un castigo con la vara. Ella había escuchado mi sermón grabado sobre la disciplina y se convenció que debía empezar la práctica de aplicar castigos con la vara. Bueno, el día llegó en que se vio en la necesidad de poner por obra lo que había aprendido. Agarró a su hijito y lo colocó sobre sus rodillas, listo para iniciar la aplicación que había aprendido en el sermón. De repente, su hijito gritó, —¡Espere, mamá! Tengo dudas acerca de ese hermano Denny. ¡Puede ser que él sea un falso profeta! —¡Que hijo tan inteligente! Pero su aviso no le sirvió de nada, pues la madre de todos modos le dio el castigo que necesitaba.

 

Entiendo que la razón de ser de los distintos modos de pensar acerca de la vara, proviene de lo que cada uno ha experimentado acerca de ella en su niñez. Tal vez, tu padre o tu madre la usaron erróneamente y a razón de esto tú tienes inquietudes acerca de su uso en la crianza de los niños. Bueno, es mi deseo que cambie tu modo de pensar, por la gracia de Dios. Quiero demostrarte por medio del Espíritu Santo, que el uso de la vara para castigar no es una mala y odiosa práctica, mas bien es uno de las tiernos y cariñosos métodos que Dios ha ordenado para que guíes a tus hijos hasta que sean un piadoso testimonio en la tierra.

 

En nuestro hogar, ocupamos la vara para castigar. Se necesita más con los menores que con los mayores de edad. Aunque les aplicamos castigos con la vara, nuestros hijos siguen amándonos. De hecho, mis hijos me aman y me honran más de lo que me merezco; tanto que a veces me encuentro en mi casa llorando de gozo a razón de la honra y el amor que me demuestran. Yo creo que una de las razones del porqué ellos me aman y me honran tanto es porque yo les disciplino cuando ellos están andando mal.

 

Tal vez esto te sorprenderá, pero muchas veces luego de castigarlos con la vara, mis hijos se me han acercado para decirme: —Papá, gracias. Gracias por ese castigo que me diste con la vara. Yo lo merecía.

 

Recuerdo haber escuchado a Samuel, cuando él era todavía muy chico, decir a menudo: —No me gustan los castigos con la vara mientras los estoy recibiendo, pero me gusta tanto el sentimiento que llega a mi corazón luego de recibirlos.

 

En adelante, vamos a aprender la razón del porqué los hijos vienen a decirte “gracias”, luego de haber recibido un castigo con la vara. Tal vez tú no crees que mis hijos hacen esto, pero al terminar este capítulo, creo que vas a rechazar tus dudas.

La mentira del diablo

 

El diablo nos ha mentido, y nosotros nos hemos tragado por completo esa sutil falsedad. Esta mentira dice que castigar con la vara a los hijos es una forma negativa de disciplinar, cuando en realidad es una de las formas más positivas que existen. Sí, existen otras formas de disciplinar, pero vamos a tratarlas en adelante.

 

Si el leer los párrafos inmediatamente anteriores te ha hecho sentir incómodo, debe ser porque tú has absorbido más de las filosofías del mundo de lo que pensabas. Si es una realidad que has aceptado el modo de pensar del mundo, te toca reconocerlo en tu corazón, diciéndole a Dios: —Dios, puede ser que yo no analizaba este asunto correctamente. Por favor, enséñame y muéstrame dónde he fallado. —Con tal humilde actitud, tu corazón se abrirá a la luz y las mentiras del diablo serán descubiertas.

 

¡Oh! ¡El poder misterioso de la vara en la disciplina! ¡Tantas maravillas contiene ella! Ella traerá orden a donde había caos, paz a donde había alboroto y confusión, libertad a donde había esclavitud, y celo a donde había apatía. En vista de esto, se puede descubrir el porqué el enemigo está trabajando con delirio para convencer al pueblo de Dios que castigar con la vara es malo. En realidad, más y más personas se están dejando engañar en el mundo actual. Si Dios no le concede avivamiento a nuestra tierra, cambiando el rumbo de nuestros países, nuestros ojos verán el día en que será ilegal el castigar con vara. En algunos países, ya es ilegal castigar con la vara, y algunos cristianos tienen miedo hacerlo, pues no quieren ir a parar a la cárcel.

 

Muchas personas reaccionan en contra de la enseñanza y práctica del castigo bíblico. El mundo dice: “Es crueldad, es opresión, el niño va a odiarte. Castigar con la vara resultará en rebelión en el corazón de tus hijos.” Y muchas personas del pueblo de Dios están coqueteando con tales declaraciones, entreteniendo ideas acerca de que el castigar con la vara es demasiado severo. ¡No creas tales ideas! ¡Son grandes mentiras! Realmente, el uso correcto de la vara al castigar a tus hijos, los hará ser niños felices y radiantes, que te amarán y respetarán. Los que se han negado al uso correcto de la vara son los que han sido llevados a un hogar para ancianos en su vejez (en lugar de ser cuidados por sus hijos). ¿Alguna vez has reflexionado sobre la conexión entre los hijos malcriados y los hogares para ancianos? En los EE.UU., tales hogares para ancianos están llenos hasta no caber. ¿Por qué sucede esto? ¿Quiénes están mandando a sus padres a tales hogares, para que sean cuidados casi como se cuidan a los animales? Me pregunto cuántos de esos padres entienden que la razón de haber sido llevados a tales hogares es, en parte, consecuencia de no haber castigado con la vara y por la falta de criar bien a sus hijos. ¡Que tristeza da, que esos hogares para ancianos están llenos de personas solitarias y tristes, quienes raras veces reciben visitas de sus hijos!

 

Hace poco tiempo, alguien me preguntó acerca de lo que yo iba a hacer luego de jubilarme. Yo no acepto la condición de jubilarse, pero entendí su pregunta. Le contesté a esa persona, diciéndole con una gran sonrisa, —Estoy invirtiendo mi vida en criar a mis ocho hijos. Estoy seguro que ellos van a cuidarme cuando yo sea incapaz de cuidarme a mí mismo.

El amor natural

y el amor espiritual

Existe un amor natural y existe un amor espiritual. Antes de continuar en nuestro estudio sobre el uso de la vara, debemos diferenciar más detalladamente entre estas dos clases de amor.

 

Es preciso tener ambos tipos de amor hacia nuestros hijos. Al decir “amor natural”, quiero decir nuestras emociones y las compasiones que sentimos para ellos. Tal amor es hermoso, y es preciso que tal amor mane de nosotros hacia nuestros hijos, tanto para que ellos puedan sentirlo. No obstante, muchas veces el castigar con la vara va en contra de nuestro amor natural.

 

Si tú dices, “Yo nunca podría aplicarles un castigo con la vara a mis hijos. No puedo aguantarme ver su dolor o verlos llorar”, es que estás siendo motivado por el amor natural. Además, tengo que decir que tienes miopía espiritual, ya que no puedes ver los resultados a largo plazo al usar el castigo con la vara. Si nuestro amor natural nos detiene de castigar con la vara, debemos crucificar ese amor, reemplazándolo con el amor espiritual, que es lo mismo que el amor ágape. Este amor espiritual es el amor de Dios, que es amor que ama por principio y no por las emociones. El Espíritu Santo ha inspirado unas muy poderosas palabras para animarnos a llevar a cabo este amor espiritual. La cuestión es, ¿Qué deseas para tus hijos? La Biblia dice que si se usa la vara amorosamente, lo siguiente resultará:

 

·Tus hijos recibirán sabiduría. (Proverbios 29.15)

·La maldad se lavará de sus corazones. (Proverbios 20.34)

·El amor se expresará en ellos. (Hebreos 12.6)

·Se producirá una conciencia limpia. (Proverbios 20.34)

·Detendrás a tus hijos de entrar al infierno. (Proverbios 23.11)

·Traerá un orden calmado y quieto a tu hogar y a la vida de tu hijo. (Hebreos 12.11)

·Alejará la necedad de tu hijo. (¡Por naturaleza, todos los niños la tienen en su corazón!) (Proverbios 22.15)

Un mensaje silente

de amor o de odio

 

El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; mas el que lo ama, desde temprano lo corrige.

Proverbios 13.24

 

¿Cuál mensaje quieres transmitir a tu hijo, “te amo”, o “te odio”? Según el versículo de la cita, nosotros tenemos la oportunidad de decidir cuál vamos a escoger. En realidad, solo tenemos dos opciones; nuestros hijos recibirán la una o la otra.

 

En el estudio de este versículo, haré resaltar cinco palabras. Tú debes hacer lo mismo, pues ellas son las palabras claves del versículo. Antes de ir más adelante en nuestro estudio, voy a definirte más ampliamente (agregándoles el sentido del idioma hebreo) estas cinco palabras claves.

·Detiene: Quiere decir “frenar”, “retener” o “tardar”, o puede ser “usar escasamente”.

·Aborrece: Quiere decir “odiar”, o “enfrentarse con el enemigo”.

·Ama: Quiere decir “estar de pie con los brazos abiertos y listo para recibir”.

·Desde temprano: Quiere decir “temprano en la vida”, o “pronto, una y otra vez”.

Ahora bien, según este versículo, si nos frenamos en usar la vara o la retenemos, odiamos a nuestros hijos. Sé que tal sentencia parece ser muy pesada, pero Dios es quién la ha proclamado. Por cierto, si usar escasamente la vara para castigar es “aborrecer” a nuestros hijos, ¿Cuánto más odioso es dejarla por completo? Dios, quien nos ha creado y conoce nuestras debilidades, nos está dando aviso en este versículo. Él conoce la tendencia que tenemos de ser flojos en este ejercicio. Existen muchos razonamientos para negarnos en el uso de la vara: estamos demasiado ocupados en el momento preciso; es una molestia; o queremos escaparnos de este deber desagradable. Sea como sea, Dios proclama que el detener el uso de la vara es odiar. “El que detiene… aborrece.”

 

Ahora vamos a tratar la palabra “aborrece”. En el idioma hebreo, esta palabra muchas veces se da juntamente con un retrato mental el cual es muy aturdidor. El espíritu del retrato se revela patentemente: un hombre de pie, enfrentándose con su enemigo. Este hombre no dice nada, pero no es necesario, pues el mensaje que irradia su aspecto se escucha con bastante claridad: el enemigo entiende muy bien que él es odiado.

 

Este mismo mensaje se irradia de nosotros hacia nuestros hijos si detenemos el uso de la vara cuando realmente se necesita. Quizá tú estás diciendo, “Pero no siento tal odio en mi corazón hacia mi hijo.” Estoy seguro que tú estás diciendo la verdad, sin embargo, Dios dice que detener la vara es aborrecer. El punto del caso es el de la negligencia. Nuestra negligencia en castigar “desde temprano” remite un mensaje silencioso del odio a nuestros hijos. Anteriormente, se refirió a la negligencia de la instrucción correcta y a la confusión que esto obrará en nuestra relación con nuestros hijos. Ahora bien, a continuación se da una aplicación práctica de cómo eso obra: no castigar con la vara o castigar escasamente, resultará en un montón de frustradas “correcciones” de parte de los padres, lo cual luego resultará en que el hijo nunca se sentirá limpio en su corazón por sus errores. Y todo esto, resultará en un obstáculo en la relación entre el padre y el hijo.

 

En cambio, si el padre administra el castigo apropiado y la limpieza de conciencia que esto conlleva, un espíritu de amor se remite al hijo. Igual que la palabra “aborrece”, la palabra hebrea que se tradujo “ama” es una palabra de retrato: Una persona de pie con los brazos abiertos para recibir. En la época cuando mis hijas, Ana y Ester, eran muy pequeñas aún y yo regresaba de algún viaje de predicar, ellas corrían a mi encuentro para saludarme. Yo siempre me arrodillé, para ponerme a su nivel, y alargué mis manos para recibirlas con un gran abrazo. Este es el retrato de la palabra hebrea “ama”.

 

A muchas personas, les es difícil entender cómo el castigar con la vara pueda ser una expresión de amor. Usualmente, tales personas han experimentado algo malo en su niñez. Para mí, es una gran tristeza que nosotros, la generación actual de estadounidenses, ya somos la tercera generación seguida que no recibimos el castigo correcto. Creo que a esto se debe el porqué de implementar leyes en contra del castigar con vara. Pero, ¿Qué debemos hacer ahora? ¿Debemos conformarnos al espíritu de la era o debemos hacer caso a los eternos principios de la Palabra de Dios? Dios dice que el castigar con la vara es una expresión de amor. De hecho, al castigar correctamente a nuestros hijos, les decimos “te amo”. En el capítulo siguiente, voy a explicar detalladamente del modo que usamos para castigar con la vara. Creo que tú, al leer esto, estarás de acuerdo que el castigo bíblico es una rebosante expresión de amor y una piedra fundamental en la edificación de una cariñosa relación entre el padre y su hijo.

 

Ahora vamos a enfocarnos en las palabras “desde temprano”. Esta frase quiere decir “temprano”, o “en el inicio de la vida”. Una pregunta que a menudo se me hace es: “¿Cuándo debo comenzar a aplicar el castigo con la vara a mi hijo? Bueno, queda patente que debemos comenzar temprano en la vida de un niño. Pero, hay que ajustar el castigo según el tamaño del niño. Voy a tocar este punto más en detalle adelante. Otra manera de definir la frase “desde temprano” es decir “pronto, una y otra vez”, o sea “repetidamente”.

 

Ahora pues, vamos a parafrasear este versículo, juntando todas las definiciones ampliadas. “El que usa escasamente la vara para castigar a su hijo, le manifiesta un espíritu de odio, pero el que quiere manifestar un espíritu de amor hacia él, la aplicará pronto y correctamente, una y otra vez”.

Hijos sin padre

 

Existen muchas promesas en el Nuevo Pacto las cuales Dios le ha dado a su pueblo. Nos regocijamos por todas ellas. No obstante, para mí, la más importante es la que dice que él va a ser nuestro Padre. “Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.” (2 Corintios 6.18)

 

Esta promesa del Padre es una promesa toda-inclusiva, pues contiene todas las otras promesas en sí. Nos regocijamos en la cobertura consoladora del amor del Padre. Antes bien, una parte de esta cobertura amorosa implica recibir el castigo de parte de él. Hebreos 12.5-13 nos recuerda que nuestro Padre Celestial nos castigará usando la vara con cierta frecuencia, o sea “desde temprano”. El asunto queda bien claro: castigar con la vara es una tierna expresión del amor del Padre hacia nosotros, y si no se nos aplica, somos hijos e hijas sin padre.

 

Amados padres y madres, pongámonos de acuerdo otra vez, en cuanto a este asunto sumamente importante. Nosotros los padres representamos a Dios ante nuestros hijos. La percepción de nuestros hijos con respecto a Dios se ve muy afectada a causa de lo que experimentan con nosotros. Si rehusamos castigarlos con la vara, o si nos refrenamos de aplicarla lo suficiente, o la aplicamos severa y enojadamente, ¿Cómo afectaremos con esto la percepción de Dios en nuestros hijos? Además, debemos considerar lo siguiente: si les negamos el uso de la vara, nuestros hijos son como hijos sin padre, aunque su padre viva en la misma casa. O se puede decir, que tales hijos tienen un padre que no los ama: son como los “bastardos”, los hijos ilegítimos.   Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Heb 12.6

 

De seguro, podemos aplicar este versículo en nuestros hogares. Todos los hijos e hijas que vivan bajo el cuidado y la bendición de un padre recibirán castigo de él. Los hijos que no reciben corrección de su padre no son amados por él, pues, el padre castigará al que ama.

 

Haciendo tales graves proclamaciones, no estoy estirando la interpretación o la aplicación de estos versículos. ¡Hermanos! Ahora es tiempo que despertemos a la responsabilidad que debemos llevar como padres, antes de que vengan las terribles consecuencias por la desobediencia. Somos responsables de nuestra negligencia, y tendremos que darle cuenta a Dios, quien nos dio a nuestros preciosos hijos. Además, hay que tomar muy en cuenta a nuestros hijos: fíjate en lo que le hace falta a ellos. Si ellos no están recibiendo el amante castigo con la vara, les hace falta una de las experiencias más tiernas y provechosas de su vida. Y, ustedes, los padres que rehúsan dárselas, están perdiendo algo también.

 

Reflexiona sobre el dilema actual de nuestros países. Hay millones de hijos que se están criando sin padres. ¡Es una tragedia! ¿De dónde vino esta maldición? ¿Acaso es el fruto de tener varias generaciones de hijos que se criaron con un padre que a la vez era como si estuviese ausente? Yo creo que sí, pero ¿Quién va a romper el ciclo, la cadena de irresponsabilidad? El diablo nos ha cegado, pero con mucha sutilidad, pues él sabe qué tremendos resultados puede traer la libertad a la siguiente generación. Como dice el canto, “Levántense oh hombres piadosos, rechácense a lo inferior.” Luego, debemos hacer volver nuestro corazón hacia nuestros hijos, antes de que se pierda otra generación en el mundo.

Una paradoja

 

La disciplina bíblica produce un rico y completo amor entre el padre, la madre y el hijo. Puede ser que este concepto sea difícil de entender para algunos que no lo hayan experimentado, pero es verídico y libre de cualquier duda. He aconsejado a muchos muchachos en los servicios de las campañas para jóvenes que nuestra iglesia organiza anualmente. Durante tales consejerías, hay una declaración que escucho a menudo, viene de parte de jóvenes que están pasando feroces pruebas.

 

La declaración es la siguiente: “Nunca he podido relacionarme bien con mi padre. Nosotros no podemos compartir nuestros corazones el uno al otro, y me siento como un extraño con él.” ¿ Ha escuchado alguna vez algo similar? ¿Qué dirían tus hijos jóvenes, si alguien les preguntara acerca de su relación contigo? Es seguro que existan muchas razones por las que un niño se sienta como un extraño ante sus padres, pero es claro que la falta de disciplina amorosa es una de ellas. La disciplina amorosa produce una íntima relación entre los que la experimentan, ambos, padres e hijos.

 

Mis hijos son muy amigos conmigo y podemos platicar abiertamente sobre cualquier asunto. Cuando nos vemos en la necesidad de castigar con la vara, el corazón de mis hijos y el mío se unen más. Sé que esto te puede sonar muy extraño al escucharlo por primera vez, ¡pero es verdad! Sí, es una de las paradojas bíblicas. Los caminos de Dios no son los caminos del hombre. (Isaías 55.8) Lo que he dicho es una fascinante paradoja que no tiene sentido en la mente carnal. Al igual que la Biblia nos enseña de que la manera para subir es bajar, la manera de edificar una íntima relación con tus hijos es aplicando el castigo con la vara, cuando se necesite.

 

Ahora, consideremos otro versículo:

 

Castiga a tu hijo en tanto que hay esperanza; mas no se apresure tu alma para destruirlo. (Proverbios 19.18)

 

Dios comienza este versículo con el mandamiento “Castiga a tu hijo”. No es necesario decir más en cuanto a esta frase, pues ha quedado lo suficientemente clara. De todas formas, quiero que nos enfoquemos en dos puntos centrales en el resto de este versículo.

 

Primero, miremos la frase que dice, “en tanto que hay esperanza”. Lo que significa esta frase es que vendrá un tiempo en que ya no habrá esperanza. O bien se puede decir, vendrá el día en que castigar con la vara no producirá los resultados deseados. Por esto, Dios nos ha dado este versículo para motivarnos. Él está diciéndonos: “castiga a tu hijo con la vara en tanto que estén flexibles y manejables.” Es como el vástago: se puede ayudarle a crezca recto mientras él es pequeño. Pero cuando él haya llegado a los cinco años de edad, no se podrá enderezar: ya no hay esperanza, habrá que vivir con un árbol torcido.

 

Entonces, castiga a tus hijos en tanto sean flexibles. Es preciso que nos demos cuenta de este motivador versículo ahora, pues vendrá el día en que ya no podrás corregir a tus hijos con la vara.

 

Ahora vamos a tratar la segunda frase clave de este versículo. Tenemos un Dios sabio y amante quien nos conoce hasta lo más profundo. Así es como él ha puesto esta admonición en la Biblia para nosotros. Además, Dios sabe que estamos constituidos de carne, con un amor natural hacia nuestros hijos. No es malo tener amor natural hacia nuestros hijos, pero este amor necesita ser respaldado con el amor espiritual, el amor ágape descrito en 1 Corintios 13. Así que, Dios termina el versículo de la cita con un suave recuerdo para nuestro corazón, “no se apresure tu alma para destruirlo.” ¿Cómo podemos apresurarnos para destruir a nuestro hijo? Una manera es la de aplicar el castigo muy apresuradamente, haciéndolo a medias. Pues es desconsolante ver a un niño llorar, a veces no queremos seguir con el castigo, aunque sabemos que los niños empiezan a llorar aun antes de recibir el castigo. Por eso, Dios nos ha dado esta frase para animarnos a cumplir el castigo. Unos 4 o 5 azotecitos a la ligera no sirven; se debe aplicar un castigo suficiente para que el niño haga caso.

 

En el siguiente capítulo, voy a tratar con más detalle el cómo aplicar un castigo con la vara. Pues los niños son muy inteligentes, ellos saben que si se da un fuerte grito, como que si estuvieren por morir, muchas veces los padres terminarán el castigo antes de que realmente se haya efectuado algo positivo. No obstante, Dios es más inteligente que los niños y él sabe que ellos lo necesitan. Así, él nos ha dado este aviso a los padres: No destruyas a tu hijo, haciendo caso a sus engañosos gritos. Cuando predico este mensaje a un grupo de personas, a veces les he preguntado a los niños si ellos gritan como locos para evitar el castigo con la vara. ¡Siempre afirman que sí, lo hacen! La razón de ver a tu hijo llorando no es buena razón para detener un castigo merecido. Sé que esto puede parecer como malicioso, pero no lo es. Dios nos ha revelado en su Palabra que es correcto aplicar un castigo merecido, aunque el niño esté llorando, para así no destruir a nuestros hijos.

Dale a tu hijo un avivamiento

 

Los azotes que hieren son medicina para el malo, y el castigo purifica el corazón.

Proverbios 20.30

 

El uso apropiado de la vara en la disciplina es uno de los métodos de Dios para limpiar la conciencia de tus hijos. Me parece que es muy importante que nos enfoquemos en este aspecto de la disciplina por un rato. Tal vez sea algo nuevo para ti. Ten paciencia conmigo mientras trato de explicarte cómo obra ella. Luego de haber leído mi explicación, creo que vas a estar de acuerdo conmigo.

 

¿Alguna vez has experimentado un avivamiento en tu vida personal? Creo que muchos de los lectores de este libro sí conocen la dulce experiencia de responder a los llamados de Dios, ya sea porque se dieron en una campaña de avivamiento o que los recibieron en su casa, quebrantando así su corazón ante Dios. En tales ocasiones, él nos muestra nuestras fallas, y nosotros respondemos, llorando y confesando a él todas nuestras faltas. Y con un corazón contrito, clamamos a Dios para que nos perdone y limpie por medio de la sangre de Jesús. ¡Que limpieza! ¡Que quebrantamiento y dulzura hay en nuestro corazón luego de tal avivamiento! ¡Cuánto gozo, bendición, blandura y obediencia empiezan a obrar en nuestro ser!

 

Ahora bien, hermanos y hermanas, la vara usada en la disciplina es el método dado por Dios para producir lo mismo en tus hijos. Los niños no entienden el cómo arreglar sus cuentas con Dios. Tampoco entienden el poder de la sangre de Cristo. No obstante, Dios ha proveído un camino para producir un cambio de actitud en ellos, del modo que nosotros lo recibimos al nacer de nuevo. Se debe aclarar que este cambio de actitud no será permanente, pues solamente el nuevo nacimiento puede efectuar eso, pero en sí, el castigo con la vara efectúa un tipo de cambio en la actitud de un niño. Y el mismo ablanda su corazón y limpia su conciencia, pues el niño desobediente sabe que merece el castigo. Al recibir su castigo merecido, el niño se siente librado, pues ya ha recibido su debida “paga”. Voy a recalcar, esta limpieza de conciencia no es el nacer de nuevo, por lo que el niño tendrá que experimentar esta situación una y otra vez, hasta que sí nazca de nuevo. Al aplicarle un castigo apropiado con la vara a tu hijo, esto le puede proveer de un tipo de avivamiento, y Dios quiere usarte para que les ayudes a experimentarlo.

 

Este avivamiento, un estado de libertad, gozo y limpieza, es exactamente lo que el versículo arriba citado describe. Cuando nuestros hijos yerran, al desobedecer nuestras reglas, su conciencia se siente culpable. Dios diseñó la conciencia para que funcionara de este modo, tal que cuando su conciencia se siente culpable, una nube desciende sobre su aspecto. Si tú eres un padre que discierne, podrás notárselos en su cara. A veces, una buena charla con el padre o la madre, confesando su error, puede “limpiar el ambiente”, y el niño se sentirá librado. No obstante, hay casos en los que el niño elige guardar silencio en cuanto a sus pecados. En tales casos, la nube se queda sobre su vida y, comúnmente, este niño se mete en más líos.

 

Dios en su sabiduría nos ha dado el principio de castigar con la vara en tales casos de trasgresiones no confesadas. Al hijo que elige esconder su pecado, necesita un buen castigo con la vara, para librarle su conciencia. Algunos padres dejan que la nube cubra a su hijo durante días seguidos. Éste es un grave error para todos, pues el espíritu del hijo y su conducta atormentan todo el hogar. No hay tranquilidad en tal hogar, cuando hay un niño con conciencia nublada. En vista de esto, nos toca a los padres administrarle una amante disciplina al hijo errante. De hecho, la disciplina es una parte de la acción de gobernar un hogar. Fíjate en las claras y pesadas palabras que Dios ocupa en el versículo de la cita: él dice que los “azotes…son medicina” y “el castigo purifica el corazón”. En realidad, este versículo describe la profunda obra que ocurre en la conciencia. Un apropiado castigo limpia la maldad; la limpia de ese deseo por lo malicioso, y de la culpabilidad que ella trae consigo. ¡Es hermoso! Padres, ¿ahora pueden visualizar el poder que existe en el principio de castigar con la vara, para provecho de sus hijos? Aplicado de la manera correcta, el castigo con la vara puede traerles a tus hijos libertad, gozo y bendiciones, las cuales son dádivas de Dios para ellos. Y en un sentido, tú y yo somos los administradores de tal bendecida vida; eso sí, si seguimos los principios de Dios.

 

Un niño que tiene una conciencia limpia llevará en su rostro un aspecto traslúcido. Este principio es verídico en los niños y en nosotros los adultos. Un niño con conciencia limpia tendrá un aspecto lúcido y feliz, y esto es lo que Dios desea para él. Muchas personas me han dicho, “Hermano Denny, tus hijos tienen un aspecto tan lúcido.” Y, es verdad, pero esto no debe ser algo especial, pues cada niño debe tener este semblante.

 

Yo puedo discernir si un niño está recibiendo la apropiada disciplina, al mirar su aspecto. Un niño correctamente disciplinado tiene una conciencia limpia, su corazón está blando y su voluntad está sujetada a sus padres. Sí, a través de tales señales, discernir la clase de disciplina dada por los padres es muy sencillo. Tal vez tú tengas dudas y quieres formularme la pregunta: “Espérate un momento hermano Denny. ¿Cómo puedes tú ser tan atrevido para decir esto?” Bueno, recuerda la ilustración del constructor y el agricultor. A raíz del ejercitado conocimiento de estos hombres, ellos pueden discernir la necesidad de una casa o de un huerto a las claras y en un instante. Y, ninguno de nosotros se quedaría sorprendido de su sagaz discernimiento; pues, ellos son especialistas en su trabajo. Del mismo modo, Dios desea que nosotros seamos sagaces en la crianza de nuestros hijos. Aprendiendo los principios de Dios, estos se harán una parte instintiva de nuestro pensar, y podremos discernir tal como el agricultor o el constructor lo discierne.

 

Tenemos en nuestros alrededores una generación de hijos que se están destruyendo a razón de la falta de discernimiento. Amados padres, es tan sencillo. Sé que existen casos más difíciles que requieren experto cuidado, pero la mayoría de las necesidades en la vida hogareña pueden ser curadas por padres que conocen la Palabra de Dios y le hacen caso a ella.

Otras formas de disciplinar

 

Ahora bien, voy a decir que existen otras formas de disciplinar más que el sólo usar la vara. Voy a listar algunas que nosotros usamos en nuestro hogar, para que su explicación aclare el cómo aplicarlas.

 

·QUE SE PONGAN DE PIE EN LA ESQUINA. Como una reprensión leve y un aviso, hacemos que el hijo desobediente se ponga de pie un rato en una esquina del cuarto. Le decimos, “Si te comportas bien luego de esto, no vas a recibir otra disciplina. De lo contrario sólo te vas a encontrar con un castigo más fuerte.”

·QUITARLES LOS PRIVILEGIOS. Si al hijo desobediente le gusta mucho cierta actividad (por ejemplo, nadar en el río), le quitamos por un tiempo el privilegio de participar en ello. El perder su privilegio en tales casos puede ser un muy efectivo aviso y reprensión.

·QUITARLE UN JUGUETE. Cuando un hijo demuestra mezquindad con su posesión, quitarle tal bien le enseñará una lección.

·GUARDARLE LA COMIDA. En el proceso de enseñanza – aprendizaje, acerca de que el hijo se tiene que comer todo lo que está en su plato, se puede guardar para la siguiente comida los restos que no se quiera comer en el tiempo anterior. Y el hijo tendrá que comerse lo que dejó de la comida anterior. Esto, en ciertos casos, puede ser más útil que usar la vara. El mirar otra vez los mismos frijoles en su plato (¡ya fríos!), es muy convencedor.

·AZOTARLE LA MANO. A veces, en el caso de un hijo que es todavía pequeño, le azotamos la mano. En tales casos, uno o dos azotes en la mano quebrantará la voluntad del niño y todo se arreglará.

 

Pues bien, existen otras formas de disciplinar a un niño, y tú puedes usar tu imaginación para formarlo mejor. Te he listado las anteriores sólo para darte unos ejemplos. No es una lista completa; estamos en el proceso de criar hijos y seguimos aprendiendo.

 

Los principios de Dios dan resultados

 

Hace muchos años estuve trabajando en la ciudad de Chicago, en ese entonces Dios me permitió experimentar algo que nunca podré olvidar. La iglesia a la que asistía tenía autobuses propios para recoger a los niños que asistían a la escuela dominical, y yo conducía. En la ruta que recorría, había una madre soltera, quien tenía cuatro hijos. Ella no era una buena madre, pues nunca se había casado y era alcohólica. Además, se negaba a cuidar a sus hijos, los cuales eran muy incontrolables. Yo la visitaba todos los sábados, pues llevaba una carga en mi alma por su situación. Dos de sus cuatro hijos eran gemelos, y estos se comportaban casi como salvajes.

 

Cierto sábado, visitando a las familias de mi ruta, esa madre abrió la puerta a mi costado, totalmente frustrada. Los gemelos se habían comportado exageradamente mal la semana anterior, y ella estaba por deshacerse de ellos por completo. Esto tocó muy fuerte a mi corazón, pues sentí en mi alma una carga por ellos. De hecho, yo era, en un sentido, el único padre que ellos tenían. En medio de toda la situación, la madre me dio una sola opción, diciéndome: “Si tú quieres llevártelos a tu casa durante una semana para curarlos, hazlo.” Pues como era un tiempo de vacaciones y yo sabía que iba a estar en mi casa toda la siguiente semana, lo hice. Así, que me llevé a esos gemelos a mi casa. (¡Qué sorpresa fue para Jackie!)

 

Durante los dos días siguientes, Jackie y yo los seguíamos a dondequiera que iban. Les impartimos instrucción y guía acerca de las reglas del hogar, y les dimos aviso que recibirían castigo con la vara si no obedecían. Por supuesto, desobedecieron, porque nunca habían sido entrenados de tal manera, y tuve que darles un amoroso castigo, una y otra vez. Ellos nunca habían recibido tal disciplina, solamente les habían pegado enojadamente.

 

Esos dos niños llegaron a ser muy amigos míos y amaban sumamente al “señor Denny”. Luego de dos días de consistente y amante entrenamiento, ellos habían aprendido mucho y al terminar la semana se habían convertido en niños muy obedientes. Se comían toda su comida y se sentaban con calma, comiendo con una cuchara en lugar de usar los dedos. Aun dijeron “por favor” y “gracias” al pedir algo. ¡Sí, se convirtieron en niños que se comportaban muy bien!

 

Al terminar la semana, se los llevé a la madre, y de allí me fui a visitar a otros niños de la ruta. Pasó una semana más y volví a visitarles otra vez. Al abrir la puerta, la madre me miró un rato sin decir nada y luego me preguntó, —¿Qué les hiciste a mis hijos? ¡No puedo creerlo! Ahora se comportan bien. ¿Qué les hiciste?

 

Esa madre no podía creer el cambio efectuado en sus hijos. Ella había estado abusando de ellos desde muy chiquitos, pegándoles en la mejilla, echándolos de la casa, golpeándolos y gritándoles enojadamente; solamente para encontrarse que ellos se comportaban peor. Ella no entendía que ella misma empeoraba el problema. Solamente una semana de amante disciplina con la vara habían cambiado la manera de comportarse de sus hijos. De hecho, ellos eran unos niños muy maravillosos, y yo deseaba adoptarlos. Creía que podían llegar a ser buenos hijos.

 

No deseo que la gloria se me dé a mí. El secreto no soy yo, sino que son los eternos principios de Dios. De hecho, he recibido otros testimonios iguales a lo que les he compartido en los anteriores párrafos, historias donde niños problemáticos fueron llevados a un hogar piadoso para curarse. Los padres del hogar piadoso simplemente aplicaron las “tácticas de cultivo para niños” y como resultado recibieron los frutos de aplicar esas eternas leyes. ¡Producen resultados positivos esas leyes! Tus hijos no son diferentes que los hijos de los demás. Si tienes hijos problemáticos, generalmente es asunto de aprender cómo criarlos según los principios de Dios y luego poner por obra lo que has aprendido.

 

Un niño disciplinado tiene paz en su corazón, paz que se demuestra en su aspecto físico, y afecta cada área de su vida. De veras, el corazón limpio y feliz es una dádiva dada a través de los padres. De hecho, es una dádiva de amor.

 

Oración

 

Señor, ábrenos los ojos del corazón. Estamos infectados con el espíritu de la era actual. Perdónanos a causa de nuestra desobediencia. Sabíamos tu voluntad, pero no hemos obedecido. Santifica y purifica nuestro corazón, hasta que seamos motivados por el amor espiritual en la crianza de nuestros hijos. Amado Padre, hemos reaccionado ante los fracasos de nuestros padres. Perdónanos, cámbianos y sánanos para que podamos desarrollarnos en fe. En el nombre del Señor Jesucristo, amén.

 

Fuente anónima

 

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Comentarios: 35
  • #1

    Andrea (domingo, 20 septiembre 2020 00:05)

    En mi casa recibí disciplina hasta los 20años. Mi madre era muy eztricta. Al cometer una falta o sacar malas calificaciones nos desnudaba dela cintura para abajo , sacandonos el vestido y los calzones, nos ponía mirando a un closet, y nos aplicaba 20 o 25 varazos en los muslos desnudos, dejando marcas y ronchas largas y delgadas que dolían mucho y se veían cuando usábamos faldas o vestidos cortos hasta dos semanas después. Al primer vara o saltaban las lágrimas. Mi pdretmbien nos catigb con la vara, pero nos hacía agacahrnos sobre un escritorio y aplicaba lo azotes en el trasero desnudo. Era igual de dolorosoque los castigos de mi madre, pero más vergonzoso porque en esa posición veía mi trasero desnudo. Ambo se jactaban frente a sus amigos y parientes de lo efectivo que eran los azotes en nuestras pierna y nalgas, decían que por eso nos portbmos tan bien. Una vez que una vecina no creía el tipo de disciplina que nos aplican me levanto el vestido frente a ella y sus dos hijos para qu vieran ls marcas del castigo en mis piernas desnudas.
    Hoy no estoy tan segur que ese castigo sea bueno o tan efectivo como ustedes dicen, creo que es mas humillación.

  • #2

    Julián Barahona (miércoles, 30 septiembre 2020 19:37)

    Estimada doña Andrea:

    Repruebo, con la misma fuerza que apruebo lo que es adecuado, aquello que practicaron sus papás que no se corresponde con una aplicación adecuada de la Vara de Corrección conforme a lo especificado en la Biblia. Si el procedimiento de su mamá de ordenarle la desnudez es adecuado y también lo es el de apoyarla sobre el closet, o incluso, siendo una corrección severa, es adecuado el número de veinte o veinticinco azotes, erró el lugar de aplicación, que debió ser en el pompis, en la zona inferior, de mitad de la nalga hasta donde comienzan los muslos, zona que tapa la braguita y que le habría evitado la vergüenza de que le vieran extraños las marcas, verdugones y ronchas que dejaba la punición. Más adecuado parece el método de su papá, sobre todo si tiene en cuenta que, cuando la mandaba a reclinar en el escritorio no lo hacía, ni mucho menos para mirarle libidinosamente el culito, sino que por el contrario buscaba, dentro de la dureza del azote de la vara, el aplicarlo correctamente, en esa zona más carnosita del pompis. De otra parte, si es loable mantener a una jovencita, recién corregida por un ratito en el rincón meditando mientras sus pompas recién corregidas se enfrían, no lo es ni el vanagloriarse en público del azote administrado, como no lo es tampoco el que se imponga públicamente ni el obligar a una niña y menos si es crecida o toda una señorita a mostrar el efecto que deja la vara en unas carnes tan delicadas como las de sus nalguitas. Por tanto lo repruebo enérgicamente y afirmo que, post-flagelación, si se han de reconocer las nalgas de una azotada ha de ser solamente para cuidarlas de esas marcas que la vara de corrección deja y al tiempo que se reconviene la conducta, aplicar alguna crema hidratante que resulte calmante a la azotada. Todas las niñas lloran cuando reciben la varita, la mayoría desde el primer azote y muchas incluso antes de que comiencen, con solo que se les anuncia que van a recibir aplicaciones de la vara en sus pompis.

    No dude que el castigo es efectivo, el hecho de que usted venga y aporte su valioso testimonio, por si solo lo acredita y ya es ejemplo para los demás de que sirvió de que la hizo meditar, de que se brinda usted a dar ejemplo y testimonio a los demás de su propio dolor y hasta de la indebida humillación que le procuraron. Si el azote, como queda claro, le hizo bien, yo quisiera reconfortarla de esa pena de humillación que usted siente y que no debió sufrir forzadamente. Sus papás lo hacían conscientes de que no obraban mal a administrar varazos para corregirla y viendo en usted «su niña» no advertían que se hacía mayor y que despojarla de la ropita interior para que los vecinos vieran el hermoso efecto de la correccional en sus pompis, la avergonzaba. Ellos no querían humillarla, ellos querían que su preciosa niña fuera ejemplo de niña buena para sus amistades y sus vecinos.

    Debieron ser un poco más precavidos y conscientes pero no dude, señorita Andrea, de que sí que esos correccionales con la varilla le sirvieron de mucho provecho como demuestra usted misma con su comportamiento en el ahora. Mi respeto, mi cariño y mis bendiciones y como dije antes mi solidaridad por verse obligada a esa humillación que la marca más que los verdugones en las nalgas y los muslos. Si desea hablar conmigo para en privado consolarse de ese dolor interior que siente, puede utilizar mi mail julianbarahona70@gmail.com y descargarse de él con confianza.

    Muchas gracias por su valiente testimonio, señorita Andrea.

  • #3

    Pastor Luis Cuartero Ticadalla (jueves, 01 octubre 2020 06:18)

    A ANDREA (II)

    … (SIGUE) y maldades y que todo lo demás, desposesión de la ropa, del calzón, desnudez, ida al closet o la mesa de tu padre y uso de Vara de Corrección con los efectos que nadie niega, son precisamente tu responsabilidad. Sin esa maldad o sin esa falta tuya, nunca tus padres se habrían visto avergonzados, nunca hubieran tenido que tomar la vara, nunca hubieran tenido que azotarte, y estoy seguro que lo hicieron con todo el dolor de su corazón y de su alma, ni dejar marca o humillarte como dices que te humillaste.

    El resultado final, es lo único en lo que aciertas y solo por mitad. Aciertas cuando dices que no estás tan segura de que el castigo de Vara de Corrección sea tan efectivo como los pastores decimos: Tienes razón, no es tan efectivo porque a veces cesa demasiado pronto, como se demuestra en tu caso, donde te muestras tan poco juiciosa en tus críticas y evaluaciones que ameritas que se te continue llamando a ese closet y a ese destok del despacho de tu padre y se te continue azotando con la vara como mereces por seguir obviando la Palabra: ¡Ya te enseñaría yo a ti el respeto que te hace falta aprender!

    Y en lo de que es humillante, yerras de nuevo, ya que te lo parece a ti, porque no reconoces que la maldad esté dentro de ti, y sigue estando, y que es esa misma maldad la que no te deja ver con claridad y ecuanimidad lo acontecido en tu formación. No he escuchado de nadie sensato, Pastor o no pastor, ni de nadie que lo haya experimentado en su propia carne, decir que la disciplina aplicada con castigo físico, sea por aplicación de las correas de cuero o de las varas de madera flexible, sea indolora, ni a nadie escuché decir que lo sufriera que ser fajado a correa o vareado en las nalgas no le dejara ronchas en las nalgas ni tampoco a nadie sensato obviar que peor sería que se aplicara la correa o la vara a la parte alta de la espalda donde en las costillas sería demoledora y sí escuche a muchas mujeres y hombres que las recibieron agradecer las azotainas que les enemendaron, todos dicen que duele, que escuece, que pica, que escarmienta y así debe ser y nadie lo oculta. Todos, menos tu.

    Deberías estar agradecida sin paliativos a tu madre y a tu padre porque hicieron lo que estaba al alcance de su mano y aún les faltó y no te dieron lo que es evidente que sigues mereciendo y para terminar y colofón, te diré algo para que respetes más la Palabra: En mi comunidad ya te mostraría yo a ti de ejemplo. el domingo tras la celebración. de cómo no se ha de entender la Palabra y la Vara de Corrección y haría una buena obra no solo ejemplificando contigo aunque te avergonzara, sino dándote los varazos que te faltan por recibir, allí, delante de todos los hermanos y hermanas cristianas, para que con tu dolor y tus marcas y ronchas largas dieras ese mismo ejemplo que siempre quisieron dar tus padres contigo. La suerte que tienes es que yo, al contrario que tú, si soy respetuoso de la Palabra y sé que debo humillarte, porque si no fuera por eso, lo que merecerías es precisamente tener una buena ración de lo que te quejas sin justa y equitativa causa.

    Ejemplo de la verguenza que los cristianos arrastramos en estos tiempos, la voz del desprestigio de la verdadera Palabra y del abrazo con todo lo que es divertido, frugal, agradable sin pensar en el mañana y el vivo testimonio de por qué miles de jóvenes se abrazan a actividades prohibidas, pecaminosas, indecentes a cambio de un dinero o un medio de vida facil o la recompensa de Dios sabe que cosas malas. Tú, la que sentía verguenza porque tu padre veía tus nalgas para azotarlas por tus faltas, no dudarias en hacer una selfie de esas mismas nalgas y regalarla a tus amigos en una red social para que vieran lo bien que quedó. Una vergüenza, una verdadera humillación que, sin embargo no pareces entender que así sea. Y si no lo haces tu, lo harán otras con tu mal ejemplo.Asi que si te sientes humillada tal vez es porque Dios quiere que estés humillada y tan solo estás a la espera de que alguien termine de hacer un trabajo empezado por tus padres.

    Me siento avergonzado por tu comportamiento y tu queja y no puedo obviar decirte que igual se han de sentir tus padres y que se debería obrar contigo en consecuencia, sean ellos, sea tu esposo si ya saliste de su casa, sea tu pastor o sea tu comunidad.

    Bien harías en venir a esta página donde te quejaste y disculparte publicamente y bien harías si aún no te dí suficientes motivos para hacerlo, en venir de inmediato a recogerlos y a disculparte también privadamente por tu inaudito y vergonzante proceder, escribiéndome a mi correo personal luis_cuartica@hotmail.com para que te instruya y oriente yo mismo en la Palabra hasta devolverte al buen camino y al buen juicio o bien te recomiende a algún Pastor de tu zona que te pueda asistir cuanto antes y enderezarte.

    Pastor Luis Cuartero Ticadalla.

  • #4

    Pastor Luis Cuartero Ticadalla. (jueves, 01 octubre 2020 06:26)

    A ANDREA (I)

    Nunca dejarás de ver un amanecer nuevo. De todo he escuchado en mis años pastorales pero su testimonio sobre la Vara de Corrección y la humillación, me parece el colmo de impropio, desatinado y hasta irreverente.

    Cuenta que su madre y su padre le aplicaron disciplina con la vara hasta los 20 años, donde encontramos el primer indició de su indolencia y falta de rigor y juicio crítico, y que para ello la ordenaba despojarse del vestido y el calzón y la dejaba desnuda. ¿Acaso no es así como dicta la Palabra divina que se aplique la vara de corrección en la espalda del necio? ¿De qué se queja, de que pudiendo su madre usarla en la espalda alta, en las costillas, fue benévola con usted y se la aplicó en la nalga? ¿Acaso se queja de que con 20 años le propinara 20 o 25 varazos cuando están prescritos hasta 40 azotes en la Palabra? Donde usted ve motivos de queja y humillación yo veo riguroso cumplimiento de su obligación de madre y de la Palabra de Dios en su progenitora.

    Sigamos con su retahila de quejas: La vara «dejaba marcas y ronchas largas y delgadas que dolían mucho». Le añado yo, que no estaba presente, y que eran rojas y se volvían moradas al poco de surgir en la piel de las nalgas y los muslos:¿Cual es su queja entonces? ¿Debió su mamá de usted darle los azotes para que no los notara dejándole el calzón puesto y regalarle tres ejemplares del diario, para que las colocara entre la braga y la piel no fueran a dañarse sus delicadas pompis? ¿Qué quería que dejara la vara como señal de sus faltas y maldades, rastras de besos que la premiaran por cometer esas faltas y maldades? Es inconcebible e irrazonable su queja.

    Continuemos que no tiene desperdicio: Después de disciplinada se ponía faldas o vestidos cortos, se le veían los verdugones de la vara… Solución: En vez de vestir con cristiano decoro y no ir enseñando con faldas cortas el pompis y los muslos donde dice que surgían sus ronchas, vistiendo con decencia, viene a quejarse a la comunidad cristiana, a dar lástima de que no podía enseñarlos a quien quisiera ver esas partes de su cuerpo. La Palabra es imperfecta y el actuar respetuoso con la Palabra de su madre, algo humillante e inútil para ella.

    Y no se pierdan lo siguiente porque guarda relación con lo anterior. Obviando que la Palabra nos dice «la vara de corrección es amor», resulta que la misma Andrea que hace un instante exigía el derecho de poder mostrar muslos y nalgas usando ropa corta sin mostrar ronchas ni marcas de azotes a quien quisiera, se sentía humillada porque su padre obraba peor: Asómbrense que la mandaba reclinar sobre el escritorio y le aplicaba los azotes a posadera desnuda, reconoce que dolían igual pero con el agravante cualificado de que entonces Andrea se avergonzaba porque su padre le veía las pompis; ¡¡MOSTRARLAS A DESCONOCIDOS CON ROPA CORTA Y MINIFALDAS NO LE DA VERGUENZA A ANDREA, PERO LE ES INSOPORTABLE QUE SU PADRE LE VEA EL POMPIS DESNUDO AL CORREGIR CON LA VARA CRISTIANA!!! Y ahí se nos queda, tan indolente, casi acusando a su papá de sátiro que usa la aplicación de la Vara para verle la nalga, pero clamando por su «presunto derecho» a mostrar el mismo pompi a extraños sin que sepan que la marcaron. ¿Qué marcas? ¿Las que le hicieron su madre o su padre a capricho o las que sabe que se ganó ella misma con sus faltas y maldades? De insólito ya avergüenza.

    Pero no acaba aún, no, tiene más quejas Andrea. Resulta que sus padres se jactaban ante amigos y vecinos, en definitiva ante su comunidad cristiana, de que obraban conforme a la Palabra, de que eran buenos critianos, de que educaban a su hija conforme Dios dispuso… y a ella le parece mal, otra vez, para variar. Ahora resulta que nos dice Andrea, que dar ejemplo de buen cristiano, de seguir la Palabra, de dar testimonio a la comunidad, está mal. ¿Y en qué se basa? Pues en que lo dice ella con su infinita sabiduría capaz de enmendar, a su madre, a su padre, al Pastor, a la Palabra y al mismísimo Dios que nos ordena «Amarle sobre todas las cosas», porque ella sabe más. Sabe tanto que también obraban mal si demostraron a alguien quesu proceder no era fantasía, era real, obligándola no a sufrir la vara de corrección públicamente (que es algo que se debe evitar precisamente para no avergonzar) sino tan solo para demostrar que su actitud cristiana era cierta, mostrando esas marcas, esas ronchas largas y dolorosas, que tanto la incomodaban a una spña vecina con sus hijos, a lo que yo añado, serían bien niños porque estoy seguro de que sus padres no la habrían obligado a mostrar sus pompis ante dos varones hechos y derechos.

    Tu testimonio apena por irreflexivo, por desprecio s la Palabra, porque omite tu obligación de «Honrar a tu padre y a tu madre», porque en ningún momento reconoces que la causante de todo eras tú misma con tus faltas … (CONTINUA)

  • #5

    Madre angustiada (viernes, 02 octubre 2020 19:50)

    Señor pastor cuartero
    Sus comentarios me han parecido muy ilustradores.
    Es verdad que la disciplina se puede aplicar en la espalda desnuda?
    Y que se puede dar hasta 40 azotes?
    Lo pregunto porque tengo una situación que me angustia. Vivo en un edificio de departamento en el centro de la capital federal, y desde hace unas semanas me había llamado la atención que la segunda de mis hijas ahora que no va al escuela, se levantaba muy temprano a asear una terraza o balcón ya qy estamos en un piso 13. Ella tiene 14 años y nunca había hecho voluntariamente los deberes de la casa o la escuela. Su orientación señor pastor respecto de niñitas que muestran el trasero por redes sociales con selfies me hizo pensar y sospechar, me abrieron los ojos, y el martes, cuando la escuché levantarse, a las 7 de la mañana, esperé tres minutos y fui silenciosamente a la terraza a ver que pasaba. Cual fue mi sorpresa al ver que mi hija estaba con la escoba barriendo, dando la espalda a la calle, desnuda de la cintura para abajo, vestida solo con una camiseta, exhibiendo sus nalgas. Lo pero es que desde el edificio del frente había dos jóvenes (ya adultos) mirando y haciéndole gestos y diciendo cosas obscenas. Me desespere, la metí a la casa con dos palmadas en el trasero y les grité a los hombres que los iba a denunciar, y ellos se metieron a sus departamentos de inmediato. No me explico que puede hacer que una niñita actúe así?? A mi ni de niña ni ahora se me ocurriría hacer eso
    Ese día me calmé y la mande obviamente a vestirse. No la castigue en ese momento pero le explique que desde ahora la puerta del balcón permanecería cerrada con llave, y que recibiría un castigo ejemplar está vez. Siempre he castigado a mis hijas con el cinto en las piernas peladas, un cinto de cuero, por desobediencia o mal rendimiento escolar, pero esta vez creo que la falta es más grave y nunca antes vista.
    Quisiera consultar con los pastores que tanta altura moral han demostrado en sus comentarios, que me ayude n a decidir que castigo debería aplicar, si debo azotar la o hacer otra cosa, y que puede haber ocurrido para una niña haga esas aberraciones. Han pasado dos días y ella está muy nerviosa esperando mi decisión sobre el castigo que ha de recibir.
    Seneida

  • #6

    Julián Barahona (viernes, 02 octubre 2020 20:30)


    AL PASTOR DON LUIS CUARTERO TICADELLA.

    Con todo respeto a su misión pastoral y a su sabiduría cristiana, me parece muy poco clemente y humano que por su parte, una mujer que acude a la comunidad púbica a quejarse de que le han aplicado disciplina cristiana usando severamente una vara en sus muslos y sus nalgas y sometiéndola para ello a desnudez, y que por esa causa más que corregida se ha sentido humillada, ni porque así deba ser según la Palabra; deba ser correspondida por usted diciéndole que lo que merece por su queja es una reprensión pública delante de toda la comunidad seguida de la aplicación de más azotes con la vara en una asamblea dominical. Supongo que advierte que le receta más humillación y justo de la misma clase de la que lamenta, en una disertación en esta página que precisamente trata de que la disciplina cristiana y la vara de corrección son expresión de amor.

    Incluso si, como usted le explica, ha errado con su queja o malentendido la acción disciplinaria de sus padres —y así también lo he entendido yo en parte y lo he replicado en mi anterior intervención—, no parece que en ningún caso advertir de que lo que merece es una reprensión pública, humillante por demás, seguida de la administración de más azotes delante de la comunidad, vaya a enmendar ese mal entendimiento sino a profundizarlo por la humillación añadida. Por el contrario parece que en su relato se echa a faltar una adecuada instrucción a través de la palabra, previa a la corrección, que le explique sus motivaciones, pues solo brindándosela, podrá recibir la vara abierta a su utilidad sanadora.

    Le ruego que me entienda, no abogo yo porque sus faltas ni las de ningún hermano o hermanma queden sin corrección, ni mucho menos porque si, como usted clarifica, con su queja cometió una falta grave al no respetar el mandato divino de honrar a su padre, se evite el corregirla con la severidad que tal falta amerita, solo expongo a su consideración como guía y apacentador de un rebaño, si es apropiado que ese correccional deba ser público y humillante para curar su humillación, porque me parece humana y cristianamente contraproducente, al cabo de que no lo entiendo por mi mismo sin más explicación, la cual le agradecería.

    Bendiciones para usted, su rebaño y su acción pastoral cristiana.

  • #7

    Juanji (lunes, 05 octubre 2020 17:57)

    Respursta para andrea del comentario #1
    Ps si la verdad si es nesesario los varazos solo si nose xq le daban asi tanto 20 o 25 azotes ps a mi solo me dan 5 o 10 a lo mucho no mas y ps si tambn asi en la pompis pelada solo si nunca me hisieron enseñar las pompis a nadie nia los vecinos ps sso veo q es humillacion y la biblia dice q no es bueno eso

  • #8

    Juanji (lunes, 05 octubre 2020 18:05)

    Pregunta para Jualian Barahona del comentario #2
    Lo segui desde el anterior post y aqui me parece exelente sus comentarios y asi tambn el post solo si me quedo dudas como son los azotes diciplinarios y la vara de la correccion y como uno mismo debe x si solo mostrar o enseñar las pompis para la correccion y cuantos azotes deben ser maximo y minimo con la vara en mk caso si la falta es leve ps solo me regañan si la falta ya es un poco mas grave son 5 y si la falta es grave son 10 qzotes con la vara usted q opina

  • #9

    Julián Barahona (viernes, 09 octubre 2020 14:36)

    A Juanji:

    Mira, lo primero, ya que he leído tus dos comentarios previos, es decirte que no está bien que compares la situación de otras personas y la tuya. Si a Andrea le dan 25 azotes y a ti solo 10, le harás sentir que sus padres son injustos con ella, cuando no tiene por qué ser así, pues simplemente en su casa y es derecho de sus padres puede haber un régimen de disciplina más estricto y en todo caso las circunstancias, comportamientos y faltas no serán las mismas. Por lo normal a ti y a ella y a todos, sus padres les darán el mínimo número de azotes posible para corregir la falta en cuestión, según su previo comportamiento y sus criterios disciplinarios. Si la Palabra prescribe un número máximo de azotes, y se respeta, no hay nada que comparar.

    En segundo lugar, la disciplina es el régimen de cumplimiento de obligaciones que se impone a un hijo o hija. Por ejemplo, que tus padres o los de Andrea exijan que cada tarde, en determinadas horas, os dediquéis a estudiar y lo hagáis con concentración y aprovechamiento, tiene como objetivo evitar que no sé cuantas semanas después a la hora de rendir exámen se haga bien, se vaya preparado, se vaya estudiado con calma y regularmente. Si no se hace así, al final es cuando vienen los problemas, a Andrea, ya reprobada, al enseñar la cartilla su madre la manda al closet o su padre al escritorio y ante la falta grave ya solo queda la vara. Sin embargo, si la tarde primera que no se estudió, que se esucchaba el celular sonar o la música o las llamadas, su madre o su padre le hubiesen reprendido por faltar a esa disciplina de estudio, con no dar ningún azote y solo advertir o dar un mínimo, igual unas simples y pocas nalgadas o a las malas algún azote de correa no hubiera existido el problema final y se hubiera ahorrado ella el volver a recibir los azotes de vara y su padre o su madre de darlos. Obivamente ni hay que dar azotes a la primera, porque tal vez una tarde de estudio que se pierda, no genera más problema, igual solo la advertencia verbal, hace efecto. Si el segundo dia es igual y el tercero igual, pues tal vez haya que decir al muchacho o la muchacha, aquí se queda el cinturón de castigo y cada vez que oiga el teléfono entro y te doy media docena. Igual es para azotes correctivos, por faltas leves, que no tienen la gravedad ni la trascendencia como para tener que usar la Vara de Corrección Biblica, que es y debe reservarse para faltas que suponen que una persona creyente ha abandonado el camino de la Luz de la Palabra para adentrarse en el pecado: Está bien que si no cumples los mandamientos, deshonras a tus padres y les averguenzas, robas, tienes el vicio de la masturbación y así con cada precepto bíblico trascendente, se use la vara y se azote con ella para devolver al camino correcto a quien se desvió de él. Si ese a eso, por una falta más leve, pero que se repite, o a una que no responde un castigo menor, ha de usarse la vara, es un castigo común, no es la Vara de Corrección y a esos azotes se les llama correctivos.

    Por último, quien peca y debe recibir la Vara de Corrección, agradará a dios en primer lugar arrepintiéndose, en segundo siendo obediente a sus padres incluso a la hora del castigo, en tercero con cualquier conducta que le abra de mente, corazón y cuerpo a recibir su corrección y ser devuelto al camino de la luz: Por tanto, sí, arrepentirse, obedecer, preparar incluso la vara a tus padres, bajarte los pantalones y el calzón, reclniarte en espera del correctivo, contar los azotes o dar las gracias cuando te aplican la Vara de Corrección, son conductas no solo aceptables sino positivas, te ahorrarán algunos azotes al ver tus padres que asimilas el castigo y te ayudarán a tomar concienca para no repetir.

    Espero haber contestado tu pregunta, si no es así, usa mi correo electrónico si quieres hacer algún comentario particular y lo mismo le digo a Andrea, si la lee, ya que la he citado y el cual dejé arriba.

  • #10

    Pastor Luis Cuartero Ticadella (viernes, 09 octubre 2020 21:12)


    Respondo a MADRE ANGUSTIADA comentario # 5

    Bendiciones hermana Seneida y paz para su familia.

    Le he de agradecer su calma. La ira nunca es buena consejera en ningún ámbito de la vida y menos en el de la disciplina.

    Le sugiero la lectura de Ezequiel 23, completa, por más que yo le cite algún versículo, para que advierta la gravedad y el riesgo de la acción de su hija.

    Ha de valorar usted, antes que nada, de donde, a una niña de esa edad, puede nacerle la tentación de emprender y repetir una conducta tan vergonzante. Es evidente que no conozco a su familia, mas no es impedimento para afirmar que si aquí acude será una familia temerosa de Dios y observante de su fe y me puedo arriesgar a valorar que, por tanto, tal comportamiento no brota del interior de su hija, sino de las terribles influencias que como condenas esclavizan a la juventud.

    Le agradezco también que su respuesta inicial fuera mesurada y comprendiendo ese par de azotes que refiere, le digo que esté tranquila que obró bien. Añado que pregunta por la aplicación de la Vara de Corrección en la espalda y sin perjuicio de que mi obligación es decirle que, efectivamente, así es según la letra bíblica, hará bien de conservar usted la calma, lo cual no excluye que en su momento tenga el castigo que amerita, con justicia, equidad y adaptado a la gravedad de su falta.

    Pero es que una vez que ya adoptó medidas para que en lo inmediato no se repita tal conducta, conviene erradicar el problema de raíz y ya que manifiesta que su hija está temerosa aguardando el castigo anunciado, mi consejo es que aproveche esa circunstancia para averiguar el verdadero origen de tanta maldad. Y es que no solo importa que no vuelva a hacerlo, importa que se le aleje de la fuente de la tentación que en el futuro, pueda impelerla a cometer actos de igual o mayor gravedad. Actos que, no hemos de olvidar, van al fin y a la postre contra ella misma, motivo por el cual le ofrezco la lectura de Ezequiel. Por encima de su vergüenza, enfado, desconcierto e indigación como madre, no puede olvidar que su hija se ha infringido un grave perjuicio a sí misma con su falta. La verdadera indignación surge de que para esos dos degenerados y para otros más que temo puedan rodear a su hija, tal vez ella se haya c convertido ya, sin remedio en «la muchacha de la terraza».

    Hable usted con su hija, adviértale que ha pedido y está al aguardo de consejo pastoral sobre su castigo, de modo que no pierda la tensión que tiene, avísela de que cuando llegue será severamente reconvenida, pero aproveche esta situación de debilidad para darle la esperanza de escapar a su castigo si se sincera con usted y le explica cómo nace, de quién parte, como se gesta y llegan a culminarse tan terribles actos. El fin, se antoja obvio, que la niña, antes que nada, pueda ser apartada definitivamente de un cúmulo de pretendidos amigos, que en realidad son infectos seres portadores del mal, de los que nada bueno aprenderá y que, como ya ha ocurrido, la intentarán llevar por las sendas más oscuras y alejadas de la luz de Dios.

    Si es necesario poner en práctica la estrategia del palo y la zanahoria, del policía bueno y malo, como se la quiera llamar, use la moderación, auxíliese de unas cuentas palmadas más si en algún momento la desespera pero no pase a mayores. Además si su marido no está aún enterado temiendo alguna reacción, explíquele de mi parte, cuanto le expongo porque es el momento de la inteligencia y no de la ira. Él debe saberlo especialmente si convive con ustedes, porque ayudará a fortalecer el hogar en todo caso, frente a tales degenerados.

    Obtenga de su hija información, muy especialmente, sobre si la tentaron con alguna pretendida recompensa material, dinero, regalos, alguna sustancia psicoactiva o incluso promesas de retribución en especie de alguna otra clase, ofrecimiento de un trabajo futuro o acción similar o si la coaccionaron y está siendo manejada por alguna persona mayor de edad que bajo cualquier forma de dominio, desde el pretendido amor, a la agradable charla, pudieran estar cometiendo hacia ella un delito mayor que el cometido por esos espectadores. En este caso, no solo amenace, sino que es mi consejo que acuda a los servicios policiales.

    Dado ese primer paso será el momento de que bien su esposo, si está en la casa, bien usted o idealmente ambos, repriman adecuadamente los actos de su hija.

    No hay una solución mágica a estos problemas, en función de lo que su hija les confíe y si tiene implicaciones personales (léase que ella obtiene placer de hacer eso por el hábito, por recibir el halago de la palabra pecaminosa o por cualqier otra circusntancia similar) seguramente y de ser viable, necesitará de consejo psicológico profesional. Y así han de tenerlo presente.


    CONTINÚA SEGUIDAMENTE.

  • #11

    Pastor Luis Cuartero Ticadella (viernes, 09 octubre 2020 21:38)


    Respondo a MADRE ANGUSTIADA comentario # 5 (II PARTE).


    Sigan guardando la calma y alejándose de la Ira y no solo porque no sea práctico que de tener que acudir a la ayuda profesional, pueda ser contraproducente el haber adoptado medidas drásticas, sino porque no hay realmente un tratamiento milagroso que haga desaparecer el problema tan súbitamente como surgió.

    Me vuelve a producir inquietud su pregunta del uso de la vara en la espalda. La respuesta a su pregutna es que sí: «El látigo es para el caballo, la brida para el asno, y la vara para la espalda de los necios» Proverbios 26-3. Y aún así hermana habrá que tener en cuenta que hablamos de una niña. No es mal para ella que conozca este versículo, pues aun siendo dura su apariencia, es un versículo clemente respecto a Ezequiel 23, que no es aplicable porque siendo grave la falta cometida por su hija no alcanza, afortundamente, tanta gravedad ni reiteración.

    La niña ha de ser, sin duda alguna, instruída de la Palabra, además ha de ser instruída moralmente en el grave perjuicio que se ha causado a sí misma, pues bajo el disfraz de cualquier apariencia externa, quien sufrirá en su reputación, su futuro y su vida, será ella misma. Y su hija ha de comprender ambas enseñanzas, la divina y la humana, como paso previo a cualquier reforma de su conducta. Se le señalará además, el grave daño que causa a la honra de sus padres y hermanos si los tiene, a lla estima social, honor y fama de la familia y a su propia estima personal. Es así como se abrirá al arrepentimiento de sus actos, comprenderá que se alejó del camino señalado por la Luz de Dios y ella misma verá la necesidad de reconciliarse con el Cielo, con la Tierra y con quienes le quieren de verdad. Conseguido esto y dada la gravedad en todos los órdenes de la falta cometida, infórmenla de que su conducta en lo humano y lo divino ha de ser reprendida, cuestión en la que ella misma muy probablemnte coincidirá.

    Será el momento de comenzar una inicial disciplina que ayude por un lado al control de su comportamiento personal y por otro al control de su actividad social. Y ha de comenzar por enseñarle que ha de alejarse de las malas compañías. Sea abierta con ella, ofrézcale alternativas para un castigo con inteligencia, algo similar a un castigo severo puntual, un castigo medio ma´s extenso y un castigo leve y prolongado (tal vez una azotaina de correa de castigo en el acto y repetirla dos quincenas sucesivas; una correa ordinaria de vestir que se aplicaría semanalmente durante seis ocasiones o una azotaina con la mano que se le aplicaría cada tres dias en los tres siguientes meses). En todo caso se le mantendrá castigada a excepción de asistir a sus obligaciones esenciales escolares y de la iglesia. La idea es que escoja el más leve, pero que por tres meses quede bajo tutela de ustedes estando alejada el mayor tiempo posible de la calle y de amistades nocivas. La razón es que como la maldad siempre lleva prisa se oriente hacia otro lugar y deje a su hija en paz. Incítenla a escoger el castigo más leve sin miedo pues ya conoce el objetivo inicial, además ella así considerará que está escapando de algo mucho más terrible que con seguridad esperaba y les estará agradecida profundamente lo que acrecentará la confianza con ustedes y que continúen aprendiendo de ella, de sus hábitos fuera de la casa y de sus defectos y virtudes también para el futuro, pues aún le quedan muchos años de crianza en el hogar.

    No duden en perdonarla de cuando en cuando, de hacerle más liviano el castigo, de si, un día se queja de que un castigo leve, aún continuado acaba resultando severo, perdónenla, díganle sin miedo, bien, hoy no hay azotes, pero cuidando de que ese perdón llegue en el ultimo instante antes de administrarlos o incluso cuando ya se le hayan administrado una parte pequeña de su azotaina. Redundará en mayor agradecimiento y mayor confianza de ella hacia ustedes y, por supuesto no olviden al aplicar el castigo y al perdonarlo de reconvenirla constantemente e incluso de halagarla. «Tu no necesitas enseñar este trasero tan bonito a nadie extraño que verás que hay quien lo aprecie sobradamente» puede ser bálsamo para una adolescente a la hora de aumentar su estima en ese aspecto.

    Y cuando así, en ese tiempo, de ser necesario compaginen la actuación profesinal, le sujeten a la disciplina de la casa, la reconvengan al cumplimiento exacto y puntual de las normas del hogar, a la obediencia paternal y a sus legítimas obligaciones y la resolució del problema este tan bien orientada que incluso haya olvidado sus antiguas amistades y hecho otras bajo su supervisión, pues no se atreverá a acercarse a aquellos que tan mal la encaminaron, será el momento de volver a hablar cno ella.

    CONTINÚA SEGUIDAMENTE.

  • #12

    Pastor Luis Cuartero Ticadella (viernes, 09 octubre 2020 22:25)


    Respondo a MADRE ANGUSTIADA comentario # 5 (III PARTE).

    ¿Qué han de explicarle? Que su acción no es grata a los ojos de Dios, recordándole de nuevo a Ezequiel 23 exigiéndole su lectura en voz alta para que comprenda la gravedad de sus actos y además que por ella misma lea al menos para usted y de poder ser para su esposo, toda una serie de versículos de la Biblia que aquí le cito con su motivación: Samuel 7-14 « Yo seré padre para él y él será hijo para mi. Cuando cometa iniquidad, lo corregiré con vara de hombres y con azotes de hijos de hombres» para aclarar a su hija su inmediato destino; Job 5-17 «He aquí cuán bienaventurado es el hombre a quien Dios reprende; no desprecies pues la disciplina del Todopoderoso» para que su hija comprenda que en su disciplina será bienaventurada; y que no puede despreciarla; Proverbios 23-13 «No escatimes la disciplina del niño; aunque le castigues con vara no morirá» para que comprenda que siendo severa la corrección de la Vara divina, ha de tener confianza y fe en ella; Apocalipsis 3-19 «Yo reprendo y disciplino a todos los que amo: se pues celoso y arrepiéntete», para que comprenda que es la volutnad de dios a través del amor el camino de la reprensión y la disciplina». Proverbios 18-19 «Corrige a tu hijo mientras hay esperanza…» para que comprenda que es inaplazable ya su disciplina; y por último, Proverbios 13-24 «El que escatima la vara odia a su hijo, más el que lo ama lo disciplina con diligencia», para que ella comprenda que la corrección que emprenden sus padres tiene base en el amor, que sería más cómodo para todos no aplicarla pero que el precio sería perderla y que como la quieren conservar y amar con bien, recibirá un correctivo tan severo como grave fue su falta.

    Comprendido que sea todo esto, la niña estará en condiciones morales de emprender el camino de vuelta al sendero alumbrado por la Luz de Dios. Y ese camino habrá empezado ya antes, cuando ustedes hayan adquirido para su disciplina una varilla o junquillo de rattán natural flexible, que es una especie del sudeste asiático que se usa en moblería para fabricar respaldos y asientos o en cestería, y en su defecto, una varita o junquillo de mimbre, usado también en cestería, de un grosor que en ningún caso será menor de 6 ni mayor de 8 mm, tal como mi esposa me lo recomienda ya que ella lo usa para el castigo de nuestras dos hijas y en ningún caso de diámetro mayor al especificado para evitar que el castigo que va a recibir se convierta en excesivo, impropio u odioso a los ojos de Dios.

    Como deduzco que su hija nunca a sido corregida en este modo, se le instruirá acercad del modo en que le será aplicada la Vara de Corrección, se le informará de que tendrá que comparecer frente a una mesa de despacho, de comedor o similar —eso si, sin presencia de nadie más que su madre y su padre—, que alli comenzará el ritual de su corrección que consistirá, en primer lugar en la desnudez de las nalgas, para lo cual, sin reparo le bajará usted misma el pantalón o le subirá la falta por encima de la cintura y le bajará el calzón hasta medio muslo, se la interrogará, una vez desnuda, acerca de su falta que deberá recordar en voz alta y se le informará del castigo que va a recibir inmediatamente antes de pedirle que se recline sobre la mesa y ofrezca sus nalgas al azote de la vara. Se le advertirá de que no podrá cubrirse, bien porque sea auxliada sosteniéndole las manos, bien porque ella misma las sostenga asiéndose al borde de la mesa, y se le informará que se considerará rebeldía el que apriete las pompis intentado escapar al castigo pues ha de hacer sus cuentas con la Palabra lealmente y sin trampas.

    Tanto el rattan como el mimbre son sobradamente efectivos a este fin sin necesidad de ejercer excesiva fuerza, por lo que le pido firmeza pero mesura.

    Enterada de ello se procederá según lo explicado, cuando reconozca su falta se le informará de que la falta ha sido tan grave como para ameritar el castigo máximo de cuarenta azotes que previene la Palabra y de inmediato comenzará su corrección.

    No tengan prisa, dejen que, entre azote y azote, la niña libere la tensión y destense sus pompis que el azote precedente habrá tensado y aprovechen esos segundos para hablar con ella, recordarle que si la invade el dolor del azote, la causa está en la maldad cometida, que el ánimo de la corrección es reintegrarla límpia al camino de la Luz de la Palabra y al seno de la familia y de su amor y que ha de despreciar no a quien la corrige sino a quien la hizo caminar por derroteros tan nefastos y vergonzosos.


    CONTINÚA SEGUIDAMENTE

  • #13

    Pastor Luis Cuartero Ticadella (viernes, 09 octubre 2020 22:27)


    Respondo a MADRE ANGUSTIADA comentario # 5 (IV Y ULTIMA PARTE).


    Si la niña ven que es sincera en sus palabras, que está arrepentida, que es obediente y asume el castigo correccional, utilizando la misma técnica del principio, cedan un poco antes de tiempo, pues 25 o 30 azotes serán suficientes para que aprenda una merecida lección que le dejará marcas por al menos una semana en las nalgas y en todo caso, no apliquen nunca más de 39 azotes de vara, para no desagradar a Dios.

    Terminado el correccional, ella habrá cumplido con la voluntad de Dios y les tocará a ustedes seguir cumpliéndola. La forma es en primer lugar abrazar a su hija, pues tras ser tan severamente azotada, será lo primero que necesite, encontrando así el amparo, el cobijo y el amor de su madre, séquele las lágrimas, acaríciela, siéntela sobre sus rodillas del modo que pueda aunque no sea fácil y acurrúquela con usted, siga hablando con ella, insístale en que la maldad fue el acto de la terrza y que el dolor de las nalgas es para reconfortarla en el amor de Dios y de su familia y para evitarle que vuelva a suceder, recuérdele la palabra y el destino de quien no obedece al Señor y a sus padres y más aún que no quieren ese final para ella y en los dias sucesivos cuídenle las marcas que la corrección habrá dejado en sus nalgas.

    Terminaré volviendo al principio: Nunca la ira es buena consejera, está en juego el futuro de su hija y alabando su inicial templanza y paciencia, espero sinceramente que mi consejo le sea útil y que la siga manteniendo para en el futuro estar y mantener más cerca a su hija en el deseo de que con esta sola aplicación de la vara de corrección la niña vuelva a encontrar el camino agradable a los ojos de Dios.

    Si usted necesita tratar algo más privadamente, alguna aclaración particular o quiere que yo mismo hable con su hija, por favor, con absoluta libertad, utilice mi mail que deje arriba y consulte lo que guste.

    Dios guíe a su hija y a usted en este trance, las bendiga y ponga a salvo siempre a su familia. Mis bendiciones. «El señor apacienta a su rebaño con la vara y el callado». Así sea.

  • #14

    Pastor Luis Cuartero Ticadella (viernes, 09 octubre 2020 22:38)


    Respondo a don Juián Barahona, entrada # 6.

    Por su modo de manifestarse se le reconoce persona formada. No humilla quien advierte sobre hacer algo bajo la premisa de que por obedecer la Palabra de Dios no lo hará. Quien así obra, lo hace en este caso concreto, para exponer a la señora Andrea, la diferencia entre una potencial humillacicón real y la humillación subjetiva de la que habla. Aquí no importa cómo ella se sintió, sino si objetivamente su madre o su padre la humillaron y la respuesta es no, como ella habrá podido comprender, tal como la respuesta sería si, si se le pudiera y se le aplicara el tratamiento de contraste por mi recomendado, no para aplicarlo, sino para advertirle de lo errado de su camino.

    Dicho lo anterior, viendo que existen problemas reales que tratar, seré breve. En mi Iglesia se hacen muchas cosas y sería prolijo explicarlas si cupieran aquí, de modo que con más brevedad, le enunciaré las que no hacemos: No discutimos la palabra de Dios y no la Criticamos. Ni bajo pretexto de las mejores consideraciones humanas por excelentes que puedan ser o parecer, porque más excelencia y sabiduría hay en la Palabra.

    La señora Andrea ha obrado mal. Obró en su momento mereciendo el castigo de su madre y de su padre. Y obró peor deshonrándolos publicamente. No se quejó en ningún caso de que el número de azotes que le dieron fuera excesivo en relación a faltas que no citó, solo de sus efectos y de una incomprensible vergüenza debida a la desnudez al reclinarse ante su padre para recibir azotes de vara. Una verguenza que contrasta le sugiero la lectura de la entrada nº 5, con otras verguenzas mundanas.

    Quien ama a su hijo lo castiga con la vara de corrección que es amor. En su humana comrensión, solidaridad, petición de clemencia, se obvia que con clemencia, solidaridad y consideración la señora Andrea seguirá por el mal camino y se obvia que los azotes ue recibió de su madre y de su padre son azotes salvadores.

    Es todo para usted. Para la señora Andrea, sigue en pie mi invitaicón a que me contacte o contacte al pastor de su Iglesia, porque su actuar en esta página amerita qe continúe recibiendo azotes correctivos, salvadores y en su propio provecho.

    Bendiciones para usted, don Julian, desde el respeto de los altos valoros humaos que defiende… pero que no puedo aceptar plenamente porque hay valores superiores a los valores humnaos y son los valores divinos.

    Gracias por su comentario pues me da pie a explicarme un poco mejor.

  • #15

    Julián Barahona (miércoles, 14 octubre 2020 08:08)

    A MADRE ANGUSTIADA

    Realmente doña Seneida, su testimonio acongoja y apena porque nos habla de cómo, sin miramiento ante nada, el Mal es capaz de aprovechar cualquier resquicio, cualquier sombra, cualquier descuido mínimo para hacer acto de presencia y esclavizar a nuestros hijos, en nuestra propia casa y, tal como lo expresa, aunque sea en el seno de una familia temerosa de Dios y donde se aplica la disciplina. Se comprende y se comparte su angustia doña Seneida.

    Sin perjuicio de lo que el consejo que reclama le oriente, le diré que se percibe su angustia en la intención de querer usar la Vara de Corrección en la espalda de su hija e imponerle un correccional realmente severo. Le diré que no ha de hacerlo así pues podría lastimar a su hija y dentro de la espalda hay zonas más seguras donde la aplicación de la corrección, sin duda merecida y que no es cosa discutible, hará el mismo efecto sin riesgo alguno de dañar a su hija. Como digo y lo digo cuando apenas hace tres meses que en casa tuve que disciplinar a la hija de mi pareja por una falta menor a la que cometió su hija pero aún así grave y tengo presente lo que apena el que obliguen a hacerlo, su hija amerita por sus actos, de gravedad y trascendencia singular, el que la azoten con la Vara de Corrección, pero sin duda le digo que ha de hacerlo usted en sus nalgas desnudas y le aseguro que si la administra sin que le tiemble la mano y el rigor adecuado hará su efecto. No le pido que confíe en mi limitada esperiencia, sino en la Palabra Divina a la que, ante la angustia, no queda más remedio que abrazarse con más fe aún.

    Su hija, doña Seneida, venía recibiendo ya disciplina según nos cuenta. No puede decirse que el uso de la correa sea neutro y menos aplicada a los muslos de la niña. Es dolorosa y sin embargo no ha sido eficaz, de lo cual no la culpo, ni mucho menos, a usted. Como en el caso de la hija de mi pareja, a la que afortunadamente se le aplicó la vara en un momento incipiente de su pecar, creo que lo que ocurre a su hija es que está más avanzada en el recorrido de un camino que por desgracia para esta sociedad y este tiempo nos obliga a un combate constante: Me refiero al círculo vicioso masturbación-pornografía-indecencia-lujuría y quién sabe, si no se corta a tiempo y radicalmente, a la prostitución o al menos al vicio de la fornicación en grado irreconducible. A la hija de mi pareja, con mucha fortuna y así debo reconocerlo y por azar, se le cogió en el primer paso y aún así se le castigó a recibir los treinta y nueve azotes de la vara, aunque finalmente ya que asumió con resignación la responsabilidad de su maldad y el propio castigo, solo hube de flagelarla veinticuatro veces en el modo que le he explicado y que le recomiendo vívamente. Le testimonio que, sin que tuviese antes antecedentes de rebeldía, su comportamiento siempre positivo ahora es siempre elogiable en el cumplimiento de sus deberes en la high school, en la ayuda en el hogar, en la atención y obediencia a cualquier instrucción y en la permisión de la estricta vigilancia, incluso íntima, que su madre y pareja mía realiiza sobre ella.

    He entendido que tiene otra hija más. Si no yerro, hágale presenciar la azotaina que reciba su hermana y que le sirva de ejemplo. No es el objetivo de ello el avergonzar a quién cometió la maldad sino advertir seriamente de que si las correas de castigo no son suficientes, no se dejará vencer al mal.

    Y en lo referente a que actos tan execrables no se repitan, como le dejo entrever, haga como mi pareja, un seguimiento exhaustivo de su comportamiento más íntimo, sin avergonzarse, porque ya ve que el hacerlo, el ser prudentes en exceso por más que se cumpla siempre sirviendo a Dios, no evita la tentación ni es garantía de que en un mínmo descuido ocurran cosas que a todos nos traen congoja.

    Acabaré pidiendole de nuevo que no caiga usted en la ira, porque un castigo injusto puede rebelar aún más a la muchacha: aplique un castigo máximo, con la máxima severidad, pero no de nunca más de 39 azotes pues puede desagradar a Dios y no los administre en la espalda de la muchacha donde puede dañar pues es una zona nutrida de huesos de la columna donde hay grave riesgo de dañar, y administre los varazos en las pompis desnudas de la niña. Puede leer el primer comentario de esta entrada sobre el efecto combinado del dolor del castigo y la verguenza de mostrar las nalgas, por más que tras el episodio del balcón que cuenta tal vez no sea algo que pueda garantizarse en el caso de su hija.

    Tenga fe en Dios y su Palabra, actúe conforme a ella y le agradeceré si nos puede contar el efecto que produzca en su hija la azotaina para común regocijo por su vuelta al camino de la Luz del Cielo y al redil del rebaño de Dios.

    Le deseo que ceda su angustia, que no sucumba a la ira y que reine la paz en su hogar colmado de bendiciones de Dios.

  • #16

    Camila Delcy (lunes, 16 noviembre 2020 14:53)

    Estimada Seneida, como madre de una adolescente y como mujer entiendo la desorientación de sumercé, su vergüenza y que se determine como Madre Desesperada. Hacen lo que ven y lo ven en los celulares, en internet, en la TV y lo ven porque las autoridades consienten la pornografía en lugar de erradicarla y la impulsan en lugar de prohibirla, así de sencillo. De ahí es de donde su hija, la mía y otras, sacan las malas ideas que no pueden nacer de hogares cristianos ni de personas temerosas de Dios. Cuando pienso en las jueteras que por faltas mínimas como no hacer la tarea escolar o un retraso al llegar a casa me daba mi madre con el ramal de la plancha y me imagino que habría hecho ella si hago algo así me echo a temblar y a veces hasta me alegro de que no este aqui ya para ver este mundo de perdicion al que nos esta llevando la desverguensa y la permicion. Olvidese de que la policia vaya ahacer algo es su problema lo que el dia venidero sea su hija, ellos le van a reir la gracia a esos dejenerados y ni se brindaran a meterle miedo a su hija o a decirle a la pelada que a ver que sera mañana de ella. Es su problema y gracias a Dios lo que de verdad tiene sumerce para salvar a su hija es la vara de la correccion cristiana que como dice el Señor hay que aplicarla bien duro para hacerlas refecionar a una hija y a la otra cuando hacen barbaridades. Dele usted como le doy yo a la mia encuanto me recelo que siquiera esta pensando en algo malo de sexual que la dejo como vino al mundo y le dejo bien ralladas las nalgas, pero bien bien ralladas a base de varazos bien dados porque si duele de escucharlas como chillan con los azotes mas duele verlas asi como a los perros por la calle. Mi consejo es que le de vara bien dado hasta que a ella sola le salga de adentro pedirle perdón y jurar que no volvera a hacer algo asi ni parecido y no deje que le tiemble la mano y enderezela bien enderezada sumerce antes de que se le pierda, que no hay mas dolor mas grande que que se pierda una hija de esa manera para que los hombres se rian de ella y la mejor manera de que no pase cuarenta o cincuenta vuenos varazos con el culo al aire que no sepa ni donde meterse. Y ya podian leer esto tantos jerifaltes y ver lo que estan haciendo.

  • #17

    Antonia (viernes, 25 diciembre 2020 15:36)

    Es verdad que de acuerdo a la biblia se puede aplicar la vara en la espalda? Tengo varios hijos y mucha indisciplina en mi casa, y los castigos normales no dan resultado, pero si es lícito aplicar 30 o 40 varazos en la espalda creo que sería muy ejemplarizador y efectivo frente a la desobediencia. Es moralmente correcto de acuerdo a la religión?

  • #18

    Serañio (viernes, 15 enero 2021 22:53)

    De acuerdo con todo

  • #19

    Alirio (martes, 03 agosto 2021 09:36)

    Señora Camila Delcy:

    La vara de corrección es amor y la mesura y la prudencia son precursores de la inteligencia: No sana la vara, sana la Palabra que todos debemos respetar. Usted no puede, so pretexto de defender a sus hija, ser abusiva con ellas en la utilización de la Vara de Corrección. ¿No se preguntó por qué motivo se fijó un máximo en el número de flagelaciones en la Palabra? Me permitirá decírselo, usándola para citarle textualmente el Deuteronomio, 25:2: Si el culpable merece que lo azoten, el juez le ordenará tenderse en el suelo y hará que allí mismo le den el número de azotes que su crimen merezca. 3 Pero no se le darán más de cuarenta azotes; más de eso sería humillante para tu hermano». Ahí tiene la razón. Significa que la Vara de Corrección o la Vara de Disciplina, no son actos de castigo, ni escarmientos, pues si así fuera bastaría con machacar a quien mal se porta y hacer del miedo y el terror defensa contra el mal. Pero si la Vara de Corrección es amor… ¿como puede ser terror?.
    Le corresponde a usted fijar la disciplina en su hogar, como le correspondió a su madre respecto a usted, pero no le corresponde a usted más que ser fiel servidora de la palabra y de ningún modo, ni tan siquiera porque con el ramal de la plancha fueran abusivos con usted, reproducir comportamientos impropios a la vista de la Palabra de Dios y del mismo Dios que la supervisa.
    Hay un modo de aplicar la Vara de Corrección con justicia y sin humillación y es hacer de él un acto de reconciliación con la palabra. Para eso sus hijas han de conocerla y usted ha de enseñarla, para eso sus hijas han de saber qué ocurrirá en su casa, bajo su régimen de disciplina —por suave o estricto que sea— si incumplen la Palabra o las normas que usted determine en su hogar. Solo así sus hijas sabrán qué hicieron mal y cómo sanarlo y solo así encontrarán en tan áspero trato un sentimiento de justicia en lugar de un sentimiento de humillación y abuso.
    Solo entonces es lícito, tal cual dice el Deuteronomio, que las mande tumbar o como es usual más modernamente reclinar o arrodillar y que les recuerde usted el infinito poder de la palabra.
    Si considera usted que es un bien para sus hijas el rayarles las nalgas a varazos, es lícito, pero sea usted temerosa de Dios, no vuelva a ser imprudente, no ciegue con el castigo so pretexto de prevenir el mal y no sea abusiva ni en el número de disciplinas ni a la hora de marcar los verdugones en sus carnes.
    Si por el contrario usted, sabiendo como ahora lo sabe, vuelve a no poder contener su mano, yo me permito aconsejarla que hable usted con su pastor o pastora sobre la imposibilidad de controlar sus impulsos porque seguramente sea usted quien necesite, no más pero no menos, que le vuelvan a recordar en la Iglesia y frente a la comunidad, que su criterio no puede estar por encima de la Palabra.

  • #20

    Alirio (martes, 03 agosto 2021 09:51)

    Señora Antonia:


    "El látigo es para el caballo, la brida para el asno, y la vara para la espalda de los necios». Eso dice Proverbios, 26.

    Literalmente puede aplicarse la vara a la espalda como puede leer pero ¿qué es la espalda sino el dorso del cuerpo? ¿Acaso no es espalda la parte posterior desde la coronilla hasta los talones? Bajo este criterio y para no hacer crueldad de la corrección pues no es ella un castigo, sino una disciplina, un estímulo para cumplir la palabra y una reconciliación para quien no la tiene en cuenta, se suelen aplicar en una parte determinada de la espalda, que suelen ser las nalgas o los muslos. La razón fisiológica es sencilla, son zonas musculadas que soportan mejor la flagelación con vara y son de mayor seguridad y menor riesgo para el o la corregida, pero no por ello deja de ser la azotaina de corrección o disciplina un castigo en sí mismo duro.

    Sea mesurada, la desobediencia no se corrige con crueldad, se corrige con constancia. Si un día azota a su hija o su hijo y al día siguiente repite su mal comportamiento, vuelva a corregir… A veces tras soportar la flagelación un día, y mientras quedan los verdugones se sienten a salvo, diciendo para sí «ya me azotaron ayer, hoy soy libre de hacer lo que quiera que no van a volver a azotarme».

    No tenga miedo de hacer rayas sobre rayas si cometieron maldades sobre maldades que así aprenderán a respetar la Palabra.

    Solo en caso de extrema rebeldía o de renuncia a la Palabra o la Creencia y bajo la supervisión de un pastor o pastora, que previamente intentara devolver al redil a quien así obre, le recomendaría yo la aplicación de la vara como usted propone. En lo demás créame que no solucionará nada, que la percibirán como cruel y que lejos de reconvenirse les pondrá más rebeldes.

    Ignoro si usted ha recibido en alguna ocasión en sus pompas desnudas los 39 azotes que están permitidos como corrección máxima pero son suficientes para quitar las ganas de incumplir la palabra al más pintado. Tiene a su disposición mecanismos como el rigor del azote, el grosor y la longitud de la vara y hasta su material, para producir desde picor y enrojecimiento a verdugones que señalen al o la desobediente como tal por dos semanas. No necesita más.

    Espero y deseo que el comportamiento de sus vástagos mejore y además que sea mediante el aprendizaje puntual y constante de la Palabra, más que mediante el uso de medidas disciplinarias o de corrección

  • #21

    Juanji (miércoles, 11 agosto 2021 03:05)

    La verdadsi esty de acuerdo con todo esto y es la verdad solo quisiera q alguien me pueda ecolicar xq los varazos son a nalga pelada asi me lo hacen a mi

  • #22

    Julián Barahona (sábado, 21 agosto 2021 20:40)

    Contestación a Juanji, comentario 21.

    Dice la Palabra que es al Dios a quien corresponde juzgar. Como yo no soy Dios, no redacté la Palabra ni puedo cambiarla, no juzgaré y no voy a juzgarte, ni siquiera en tu comportamiento —reiterado por cierto— en esta página. Fui paciente y contesté tu comentario 8, con mi comentario 9, con calma, con tranquilidad… citándo tu nombre además, aunque pensando en otros hermanos que puedan estar necesitados de información y consejo. No voy a decir que lo hiciera ignorante de cuánto has escrito antes en este sabio consejo que dan aquí los Pastores que cuidan está pagina y a quienes ella asistimos y por lo mismo —y te ruego que te tomes nota— pues ni voy a repetirlo, ni a insistir, ni a hacer nada parecido, salvo explicarte lo siguiente, en un tonto de respeto nuevamente y no solo a tí sino a una página que no me pertenece y que tiene quien la dirija.

    Lo que tengo que decirte es sencillo: Sí tú crees que obras bien, pues adelante, sigue viniendo, sigue haciendo lo que quiera que sea lo que haces… todo el tiempo que quieras o te consientan… y ya llegará el día en que alguien que sepa infinitamente más que los que aquí nos concitamos, te explique todo lo que quieras saber.

    Si, por el contrario, crees que obras mal, pues adelante y como se hace evidente que tienes muchas preguntas que necesitan respuesta, recoge tus cosas, busca quién te ayude con lo que tú entiendas que necesites (un pastor o pastora, un psicólogo, o lo que tú creas) y deja de hacerlo porque no parece muy positivo ni para ti ni para nadie que considerando tu mismo que no lo haces bien lo sigas repitiendo.

    Yo no volveré a contestarte (igual cambies el nombre y me engañes, es un riesgo), pero sabiendo que «lo que la naturaleza no da, no lo prestan estrados de universidad.

    Nada malo te deseo, porque no tengo yo que juzgar a nadie, sino al contrario que en tu beneficio cambies de actitud.

  • #23

    Juanji (viernes, 27 agosto 2021 15:04)

    No juzgo a nadie ps si comprendi q sedebe aplicar adi y ps si admito q meresco y ps a asi debe ser di alguien desea ablar xfa mi wattsap es el # +59178727405

  • #24

    Delia (miércoles, 01 diciembre 2021 15:47)

    Buenas tardes hermanos, quería consultarles porque la masturbacion es un pecado tan malo y si de verdad debo azotar a mis hijos con la severidad que se ha descrito en vuestros mensajes anteriores. Lo pregunto porque tengo dos hijos y una chica, entre 13 y 17 años todos. Se que los hombrecitos se masturban porque lo he visto en sus ropas íntimas manchadas, pero consultada la psicóloga d la escuela me dice que ello no tiene ninguna importancia y que todos los jovencitos hombres o mujeres practica eso sin consecuencias. Por lo mismo el único castigo que les he dado es una reprimenda verval frente a la familia, para que sientan un poco de verguenza, y los obligó a lavar sus calzoncillos. De la chica, que es la mayor no me consta que lo haga, pero si descubrí en su celular una colección de fotos de penes de adultos que tenía guardada, por lo que ella si recibió palmadas en el trasero y le quitamos el celu.
    Quiero saber si es verdad que la masturbacion es un pecado tan grave y porque la biblia lo prohíbe y que consecuencia puede tener, que castigos debo aplicar y si tiene la misma gravedad que lo hagan los machitos o la hembra.

  • #25

    Juanji (jueves, 09 junio 2022 23:35)

    Q paso ya nadie comenta la pag spero puedan responder mi anterior preg xq los varazos se aplican a nalga pelada

  • #26

    Juanji (lunes, 29 agosto 2022 07:59)

    Ps delia yo si te recomendaria q uses la vara xq eso cm dices es un pecado grave y si no cortas a tie.po despues seria peor yo tmbn lo hacia y mi mama varias veses me dio solo x eso casi 10 y 15 azotes pero fuertes

  • #27

    Juanji (lunes, 19 septiembre 2022 16:04)

    Buenas tardes cm estan se extraña de los consejos del hmno
    Julian Barahona quisiera q puedan entrar y darnos mas consejos de como aplicar la vara

  • #28

    Andrea (jueves, 03 noviembre 2022 10:13)

    Yo estoy de acuerdo con el uso de la vara como medio correctivo para los adolescentes que son tan rebeldes. A mi me la aplicaban a pierna pelada, en los muslos, y cuando me fue aplicada nunca volví a repetir la falta. Yo recibí esos castigos hasta los 20 años por parte de mis padres. Creo que esa es la forma en que se debe usar.

  • #29

    Ester (domingo, 26 febrero 2023 22:38)

    Pues cuando uno les pega claro que "hacen caso pero por miedo a que les vuelvan a pegar no porque an entendido realmente lo que an hecho estubo mal cuando les pegamos no enseñamos nada osea hay que explicar hay que indagar él por qué el niño actuó como actuó

  • #30

    �☺️ (lunes, 27 febrero 2023 00:27)

    La verdad yo digo q la vara si es buena xq hy veces q las palabras no dan fruto sty de acuerdo al � con Julian barahona y Andrea y la sra camita dalcy xq así lo manda la biblia no es idea de unos cuantos

  • #31

    Andrea (lunes, 06 marzo 2023 07:56)

    Juanji, yo quería preguntarte si tienes alguna enfermedad del sadismo o algo así. Parece que disfrutas con estos relatos de nuestras infancias e que hemos sido azotados hombres y mujeres, y eso es muy extraño.
    Además por tu forma de expresar u lo que pides no pareces que seas un joven cito de 26 años. Parece que fueras un hombre adulto que se exita sexualmente con estos temas.

  • #32

    Indignación (lunes, 27 marzo 2023 13:02)

    En serio ustedes están enfermos. Con razón la gente no quiere acercarse a Dios, semejantes referentes de personas que hacen de su frustración y falta de sabiduría una excusa para lastimar, para herir y dañar. A todos e les sanaron las heridas del cuerpo, pero la obediencia que no procede de la convicción sino del miedo, no es buena.

    NOTA: No se hace doctrina del libro de proverbios, mucho de la literatura sapiencial fue tomado de la influencia egipcia.

  • #33

    Senena (martes, 27 junio 2023 05:19)

    Ya llegó el dotor indignado a visitar a los enfermos, sin reconocerlos ni quitarse el sombrero vueltiao los diagnosticó y ya enmendó la Palabra con su ciencia que nadie le pidió.

    No se hace dotrina de los Proverbios de Salomón de inspiración Divina, que aunque sabios y milenarios ha de bastarnos con su versión, él dotor la da con garantía que siempre ofrecen: Que lo que el médico yerra lo tapa la tierra de Dios.

    ¿Quién le mandó visitar esta comunidad? ¿Acaso le entraron a la casa a decirle como obrar?

    También enferman las almas y enferma la sociedad de la mano de una ciencia que todo no lo puede solucionar.
    Humildad dotor y menos soberbia que en esta tierra no manda usted mientras exista Dios.

  • #34

    Román Puniso Salabarría (sábado, 01 julio 2023 10:50)

    A ese señor tan indignado:

    Grooming
    Sexting
    Bullying y ciberacoso.
    Dating y sexo irresponsable.
    Fuckbuding.
    Stolking e invasiones de la intimidad.
    Sextirsion y coacciones.
    Pornografía.
    Masturbación.
    Incitación delincuencial.
    Drogas de iniciación.
    Drogas de adicción.
    Drogas mortales.
    Exhibicionismo en internet.
    Exhibicionismo y conductas sexuales reales
    Sexualización temprana
    Cosificación.
    Creaciónn de modos de vida irreales y fantásticos.
    Iniciación delincuencial a delitos menores.
    Asociacionismo ilícito y bandas.
    Desestructuración social y desorientación formativa.
    Provocación para inasustorval colegio
    Falta de De
    Lenguaje Soez incluso contra el Padre.
    Irrespeto a los progenitores y agresiones.
    Negativa de asistir a la Iglesia y estudiar la Palabra.
    Deseo de lo ajeno, hurtos y robos
    Mi usvaloracion de la vida y la seguridad propia y ajena.
    Violencia gratuita y muerte.
    Banalización del mal que aparece como objeto heroico
    Y así podría seguir escribiendo tres días más.

    Este es el panorama que nos ofrece la vida real y virtual

    Pero la indignación no nace contra todo eso más lo mucho que omití. O. Nace contra la educación, el respeto, la disciplina, el esfuerzo, el estudio, el cumplimiento de la Palabra y de las normas del hogar y la familia, del control y de la educación de lis hijos y como no, del gran pecado de la humanidad, el de siguiendo la doctrina y la Palabra, que una madre o un padre, de hacerse imprescindible, de ver que la educación se vence o de ver el riesgo ante la gravedad del peligro, puedan poner a una jovencita con las pompis al aire y administrar un buen avivamiento en esas carnes con algo que pique y escueza un poco, sea la vara de corrección, sean unas correas de castigo o sea, si hay rebeldía, un buen latiguillo tal y como la infractora lo merezca.
    Todo lo demás está perfecto. Corregir, disciplinar, castigar o punir el mal grave, es hacer el mal.

    Bien, ya ha dicho una señora que nadie le obliga.

    Eni casa por lo que se refiere a mi hija, ya sabe, que para eso ha sido educada e instruida que hay un camino y es el de la Palabra y dos firmas de recorrerlo, con la cabeza juiciosa o con las pompas escocidas y bien marcadas.

    Ella elige libremente.

    Que las y los demás elijan igual.

    Y a quien se indigne que coja otro camino. En mi casa somos humildes pero decentes y respetuosos de la Palabra, de la Pastora y sobre todo de Dios y no tenemos tiempo mi esposa y yo para tanto indignarnos, así que quien la hace aprende la lección y aprende lo antes posible.

  • #35

    �� (lunes, 03 julio 2023 22:56)

    La vara es la forma correcta de aplicar y de castigarlo yo si lo hago y me da frutos y lo seguiré haciendo xq lo q no se entiende con la obediencia una pompis rojas y cm marquitas si lo hace obedecer

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DE UNTIMA HORA ....

BENDICIONES

DE UNCION DE LO ALTO

Hola, unción de lo alto les desea hermosas y abundantes bendiciones y que el Dios de toda gracia les conceda las peticiones de sus corazones, les animamos a que sigamos adelante con nuevos propósitos y proyectos en Cristo para la honra y gloria de su santo nombre, a no escatimar esfuerzos sabiendo que la obra de nuestras manos no es en vano, por lo que ponemos en sus manos estos pequeños panes y peces y que el Señor lo multiplique en su corazón, y como dice su palabra, no nos cansemos de sembrar que a su tiempo segaremos, bendiciones a todos nuestros Hnos, amigos y siervos en Cristo, así, como a toda la familia en la fe les deseamos los pastores  Martha Régules  y Daniel Vinalay autores de esta página

Gracias

por visitar nuestra página 

¡Muchas gracias!

A todos nuestros amigos y hermanos en Cristo, reciban un abrazo y un saludo desde Quintana Roo. México, estamos agradecidos por todos sus comentarios y bendiciones que nos han dejado en esta página, ¡Que el Señor los bendiga a todos! Es una satisfacción el saber que Dios le ha bendecido abundantemente, les pedimos por favor que sigan orando por nosotros y porque unción de lo alto siga tocando a muchos corazones mas.

 

Amado hermano en Cristo, Antes de cerrar esta página ponga su mano y ore al Señor que su unción se siga derramando y siga tocando los corazones para todo aquel que visite esta página así como lo ha hecho contigo. 

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