COMO MANTENER

TUS EMOCIONES SANAS

(extracto de nuestro libro

rompe con tu pasado)

 

Cuando alguien ha pasado por un proceso de sanidad del alma normalmente queda muy susceptible en sus emociones, el haber vaciado su corazón se siente la persona sin peso y muy ligera porque lo que la agobiaba ya no esta ahí. por lo tanto es el momento propicio para alimentarse de la palabra del Señor y empezar a llenar su alma con oración y búsqueda de Dios. Debe alejarse de todos aquellos vicios que tenia antes para empezar ahora un nuevo caminar con el Señor.

 

La Biblia dice: “La noche está muy avanzada, y se acerca el día; por eso dejemos de hacer las cosas propias de la oscuridad y revistámonos de luz, como un soldado se reviste de su armadura. Actuemos con decencia, como en pleno día. No andemos en banquetes y borracheras, ni en inmoralidades y vicios, ni en discordias y envidias. Al contrario, revístanse ustedes del Señor Jesucristo, y no busquen satisfacer los malos deseos de la naturaleza humana”. (Rom.13:12-14) Versión Dios Habla Hoy:

ALGUNOS CONSEJOS IMPORTANTES DE LA PALABRA

Después de ser ministrado debes desear un verdadero cambio de actitud. El apóstol Pablo en los capítulos 4 y 5 de su carta a los Efesios amplía cómo se debe de hacer esto.

 

a) Dejando a un lado la falsedad. Se debe de hablar solo verdad

 

b) No dar oportunidad al diablo por medio de la ira. Sino hacer la paz

con todos antes de que termine el día.

 

c) Que el ladrón no robe más. En cambio que trabaje honestamente a fin de ganar lo suficiente para compartir con quienes están en necesidad.

 

 

d) Dejar las palabras deshonestas. Debemos hablar solamente aquellas cosas que edifiquen a los oyentes.

 

e) Abandonar toda amargura. Apartarse de todo enojo, ira, gritería, malicia y quejas o demandas ruidosas.

 

f) Cambiar de comportamiento. Ser amables unos con otros, benignos, misericordiosos y perdonadores.

 

g) No caminar en inmoralidad ni en impureza. Sino más bien en amor desinteresado y generoso

 

h) No hablar más con términos sucios o deshonestos. En cambio, que las palabras expresen gratitud.

 

i) No participar en pecados secretos. Si no sacarlos a la luz.

 

j) No ser desobedientes ni idólatras. Si no caminar como hijos de luz en benignidad, rectitud y verdad.

 

k) No andar en las tinieblas. Sino tratar de aprender lo que es agradable al señor.

 

l) No embriagarse con vino. Si no más bien ser llenos con el Espíritu Santo.

 

El empezar una nueva etapa después de haber sido ministrado hay también 3 pasos importantes en los que debes caminar.

 

1.- Debes de Perdonar. Estar dispuesto a perdonar y a seguir perdonando siempre. Este es un requisito indispensable para mantener tu sanidad. mas adelante ampliaremos esto. La palabra dice: “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial más si no perdonas a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas”, (Mateo 6:14-15).

 

2.- Tu confianza debe de estar puesta solo en Dios. Recuerda que todo depende de Dios, aconsejar al ministrado que; no ponga su confianza en el ministro sino más bien que se humille en la gracia y misericordia del Señor, dice la Biblia: “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” (1 Ped.5:6-7)

 

3.- Reconocer que tienes la victoria en la batalla espiritual. Tú como hijo/a, de Dios tienes autoridad en Cristo Jesús y por lo tanto la victoria es segura. Su palabra dice: “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará”, (Lucas 10:19). Por lo tanto pon tu confianza solamente en Dios y tu ministración será un éxito.

11 PASOS QUE AYUDARAN A MANTENER TU SANIDAD

1.- Toma toda la armadura de Dios.

(Efe.6:10-18) En éste pasaje Pablo declara, que la lucha que libra el creyente en Cristo, no es contra seres humanos sino con seres espirituales de maldad. Por lo tanto; se recomienda que todo cristiano se ponga la armadura de Dios para permanecer firmes en los días difíciles.

 

(Algunos cristianos se la ponen en un acto simbólico, pero sus vidas y su falta de entrega dejan mucho que desear, nada más lejos de la realidad) el simbolismo carece de efectividad si no se tiene una buena relación con Dios viviendo una vida consagrada a él.

 

A continuación explicamos el verdadero significado de llevar la armadura de Dios. Veamos los siguientes puntos.

 

a) Fortalécete en el Señor. “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza”, (Efes. 6:10). Si acabas de ser ministrado no te confíes, el hecho de sentirte bien y libre no significa que siempre va hacer así. Este es solo el principio para que empieces una nueva vida en Cristo. Solo Congrégate, fortalécete en la oración, llénate de su presencia, se fiel, trabaja en su obra y él te sostendrá.

 

b) Firmeza. “Estad, pues, firmes,” (ver. 14). Cuídate y permanece firme. La batalla ya se ganó. Jesucristo es el vencedor, ya no vuelvas atrás volviendo a ensuciarte, ya no peques, “Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios”, (He.10:27-27) Valora lo que Jesús ha hecho por tí.

 

c) Cinturón de la verdad. “Ceñidos vuestros lomos con la verdad”, (ver. 14). Cíñete con la verdad, habla solo verdad, camina y practica la verdad. Ceñido quiere decir amarrado, tienes que tener amarrada la verdad de Cristo a tu cuerpo, a tu espíritu, mente y corazón. Si en verdad ya no deseas volver atrás, tienes que cuidarte, porque si en nosotros no hay verdad y nos acostumbramos a la mentira, cuando venga la prueba vamos a desfallecer, porque la mentira nos va a quebrantar y el diablo volverá a oprimirnos. Hay espíritus mentirosos que tratarán de atacar tu mente haciéndote creer cosas que no son, pero debes de cuidar la verdad en ti. Además si acabas de ser ministrado/a, anda en obediencia al Señor y no te vuelvas a contaminar.

 

d) Coraza de justicia. “Vestidos con la coraza de justicia”, (ver. 14). Esta coraza protege el corazón y los órganos vitales del tórax. Jesús es nuestra justicia y protección, y esa justicia es transmitida a nosotros para poder actuar justamente. Pero si somos injustos y no somos rectos delante de Dios, ni en nuestro trato con otras personas ni en nuestros pensamientos secretos o en nuestras motivaciones internas. Abrimos una puerta muy amplia en nuestra vida para que el mal nos ataque de nuevo. En esta condición, sin la coraza de justicia, cualquier sanidad y liberación que hayamos recibido de Dios se puede perder, se justo, actúa y practica la justicia en todo.

 

e) El calzado del evangelio. “Y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz” (ver. 15).

 

Ø  ¡Actívate en la obra! El problema de los descuidos espirituales es porque muchas veces no se está haciendo nada en la obra del Señor. No hay motivos porque orar, ni porqué luchar. Nuestros pies deben estar calzados y bien preparados para llevar y proclamar el mensaje que ha traído sanidad y paz a nuestra vida.

 

Ø  “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído?, ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído?, ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!”, (Rom.10:14-15). ¡calza tus pies y predica el evangelio! ¡Esto no es simbólico! ¡hazlo real!

 

f) El escudo de la fe. “Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno”, (ver. 16).

 

Ø  La fe viene por el oír, y el oír la palabra de Dios. Éste escudo nos ayuda a extinguir los dardos de fuego del maligno. La fe se activa cuando declaramos la palabra, entonces la fe nos capacita para ver al diablo derrotado. Cuando el maligno nos bombardea con sus dardos de fuego, la fe extingue esos dardos y la duda queda vencida.

Ø  Pero la fe sanadora, salvadora y restauradora solo va a ser eficaz si la pones por obra en tu vida y al servicio de los demás.

 

g) El yelmo (casco) de la salvación. “Y tomad el yelmo de la salvación” (ver. 17). Esta arma protege la cabeza y significa tener la certeza de nuestra salvación. El yelmo nos es útil para renovar constantemente nuestros pensamientos. El tener la seguridad en nuestro corazón, El Espíritu Santo da testimonio a nuestro espíritu de que somos propiedad de Dios, entonces podemos descansar en su amor y con todo éxito arrojar las dudas, las cargas, los temores y tentaciones bajo sus pies. El casco protege nuestra cabeza y nos da protección contra los ataques mentales de Satanás, pero necesitamos llenarla del conocimiento de la palabra del Señor.

 

h) La espada del espíritu, la palabra de Dios. “y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios”; (ver. 17). A través de utilizar la Espada del Espíritu, podemos atravesar el, aparente, poderoso ataque del Enemigo. Debemos escudriñar las Escrituras para ser diestros en ella, saber usar y hablar la Palabra adecuada y con propiedad en el momento de conflicto nos traerá victoria. ¡Escrito esta! .Así, la uso el Señor Jesús contra Satanás cuando le enfrentó en la tentación del desierto. 

2.- Conoce tú posición en Cristo Jesús.

Nuestra posición en Cristo, es una posición de victoria y no de derrota. De poder y no miedo, de dominio propio y no de debilidad ante la tentación. Jesús nos lavó con su sangre todo lo sucio que teníamos. Nos regaló una vida diferente, y nos dio una autoridad vencedora en el poder del Espíritu Santo. “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”, (2ª Tim.1:7).

 

3.- Confiesa la palabra.

Es importante la confesión de la Palabra de Dios, leerla, memorizarla y repetirla es útil para continuar con tu sanidad emocional, tu mente se seguirá liberando, su palabra nos dice: “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”, (Efe.4:22-24). Renuévate constantemente esto traerá bendiciones sobre tu vida. Aprende las promesas de la Biblia y practícalas.

 

4.- Trata prontamente con el pecado

Si ya fuiste ministrado/a, y por descuido pecaste el consejo es: Confiesa el pecado tan pronto como lo hayas cometido, no dejes pasar mucho tiempo, con frecuencia las heridas vuelven a surgir y a menudo un espíritu que se expulsó puede regresar como resultado directo de caer en pecado. Y si no se confiesa ni se aparta, el pecado se puede volver a cometer una y otra vez.

 

No permitas que tus sentimientos y corazón se esclavicen otra vez.

 

¿Y que si no lo confiesas? Bueno Dios te dice: “Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír”, (Isaías 59:2). No permitas que el rostro de Dios se oculte nuevamente en tu vida, ¡arrepiéntete y confiesa! ten la seguridad que El Señor te perdonara y te restaurara nuevamente. 

5.- Perdona y mantén tu sanidad.

Cuida lo que has logrado, mantén tu sanidad. Debes de repetir el proceso de sanidad cada vez que sea necesario tú mismo, o con la ayuda de un ministro. Siempre que Dios te recuerde algunas otras heridas pasadas o del presente, producidas por algún hermano, familiar o persona que te haya ofendido. Inmediatamente ve al Señor y confiésale tus sentimientos, ya no guardes nada. Cuídate y mantén limpia tu vasija. (Cuando usas un vaso lo lavas, para volverlo a usar nuevamente, de lo contrario te contaminara y más si tiene días sin usarse. Recuerda; tus eres una vasija y Dios quiere usarte limpio.

 

6.- Crucificar la carne.

“Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu”, (Gal. 5: 24-25). Nos dice que debemos crucificar la carne.

 

La biblia dice: “Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia”. (Rom.6:11-14)

 

Muere al pecado y vive para Dios, No se puede recibir, ni mantener la sanidad sino hay una renuncia total al pecado.

 

7.- Adora y alaba a Dios.

Nuestro Dios se merece toda nuestra adoración y nuestra alabanza, aun en momentos de tribulación y angustia. El Señor debe ser glorificado por todo. Aún en nuestros problemas debemos expresar nuestra gratitud y alabanza a Él.

 

La Biblia dice: “Estad siempre gozosos, Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”, (1Tes.5:17-19). Debemos dedicar un momento de comunión con Dios todos los días con un corazón lleno de gratitud. Proclamemos ese amor, esa misericordia y esa fidelidad que él tiene con nosotros. Así el fuego del Espíritu Santo permanecerá encendido en nuestra vida.

 

8.- Se agradecido con Dios.

El propósito por el cual Dios te creo fue primeramente para que le ames, le adores y le sirvas de todo corazón. Pero además de eso el tiene cuidado de nosotros. Considera todo el amor que el Señor tiene por ti. No tires a la basura su misericordia. No seas ingrato, que después de haberte salvado, limpiado y liberado vuelvas atrás y seas como lo que dice en su palabra; “Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno”, (2 P. 2:21-22), se agradecido y sírvele con todo tu corazón. 

9.-Busca compañerismo cristiano.

El separatismo y la independencia no son características sanas dentro del cuerpo de Cristo. Muchos parecen llaneros solitarios, se mandan solos, caminan solos, saltan de iglesia en iglesia y no se sujetan a ninguna autoridad. ¡Eso no es más que rebeldía! No es lo que El Señor Jesús desea para su iglesia pues en su corazón solo hay este deseo: “Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado”, (Jn. 17:23). Y lo confirma la palabra de esta manera: “Para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan.”, (1ªCor.12:25-27). Esto nos muestra que somos miembros de un mismo cuerpo y por lo tanto debemos preocuparnos los unos por los otros.

 

No nos debemos condicionar a aceptar a unos sí o a otros no, sino; en el amor de Dios aceptar a todos por igual, pues si no actuamos de ésta manera provocaremos heridas a otras personas al excluirlas. Busca la unidad del cuerpo de Cristo.

 

10.- Cultiva el fruto del Espíritu Santo.

En Gálatas 5:22-25 dice: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”. Aquí nos muestra cual es el fruto del Espíritu Santo y que deben abundar en nuestra vida como un testimonio de la transformación que vivimos en Cristo. Podemos confiar en que esto es posible porque la Palabra de Dios nos ordena a caminar en el Espíritu y no en la carne. Dios no nos ordena algo imposible. Debemos auto evaluarnos que fruto nos hace falta y rendir esa área de nuestra vida a Dios.

 

11.- Sometimiento total al Señorío de Cristo.

Observa tu crecimiento en el Señor, en tus relaciones con los demás y con las personas que más te han dañado. Comprueba si has mejorado en esas relaciones, pero no solo lo que a ti te han hecho, si no lo que tu también hiciste a otras personas. Todos los días rinde al señorío de Cristo tus sentimientos, pensamientos y voluntad. Pídele ayuda a Dios para que tus relaciones con los demás mejoren. En caso de que vuelvas a caer en resentimiento contra la misma persona has lo siguiente:

 

a. Vuelve a realizar el proceso de sanidad interior pidiéndole ayuda al Espíritu Santo para que Él te dé amor suficiente para no volver a lo mismo.

 

b. Sométele a Dios tu vida y ve las victorias que Dios tiene para ti, no hay nada mejor que ser guiados por su santo Espíritu.

 

c. Mantén tu sanidad y ya no peques más.

 

d. Cuida tu corazón, busca cada día más la presencia del Señor, él no te defraudará.

 

e. Busca tu restauración con las demás personas, perdonándolas y pidiéndoles perdón. Cada vez que lo hagas le darás un golpe al orgullo y a la soberbia y aprenderás el camino de la humildad.

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Comentarios: 1
  • #1

    Silvia (miércoles, 19 septiembre 2018 09:22)

    Me gustó mucho

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DE UNCION DE LO ALTO

Hola, unción de lo alto les desea hermosas y abundantes bendiciones y que el Dios de toda gracia les conceda las peticiones de sus corazones, les animamos a que sigamos adelante con nuevos propósitos y proyectos en Cristo para la honra y gloria de su santo nombre, a no escatimar esfuerzos sabiendo que la obra de nuestras manos no es en vano, por lo que ponemos en sus manos estos pequeños panes y peces y que el Señor lo multiplique en su corazón, y como dice su palabra, no nos cansemos de sembrar que a su tiempo segaremos, bendiciones a todos nuestros Hnos, amigos y siervos en Cristo, así, como a toda la familia en la fe les deseamos los pastores  Martha Régules  y Daniel Vinalay autores de esta página

Gracias

por visitar nuestra página 

¡Muchas gracias!

A todos nuestros amigos y hermanos en Cristo, reciban un abrazo y un saludo desde Quintana Roo. México, estamos agradecidos por todos sus comentarios y bendiciones que nos han dejado en esta página, ¡Que el Señor los bendiga a todos! Es una satisfacción el saber que Dios le ha bendecido abundantemente, les pedimos por favor que sigan orando por nosotros y porque unción de lo alto siga tocando a muchos corazones mas.

 

Amado hermano en Cristo, Antes de cerrar esta página ponga su mano y ore al Señor que su unción se siga derramando y siga tocando los corazones para todo aquel que visite esta página así como lo ha hecho contigo. 

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