LA ENVIDIA Y LA CRITICA

CANCER DEL CORAZON

 

“EL CORAZÓN APACIBLE ES VIDA A LA CARNE; MÁS LA ENVIDIA, PUDRIMIENTO DE HUESOS.”   Proverbios 14:30

 

Que la bendición del CIELO siempre te acompaña y haga de tú vida un testimonio de Dios. Nunca pienses que estas solo(a), cuando tienes a Dios…

 

Empecemos con este tema acerca de la envidia que es una de las emociones que más daño hacen a su poseedor. Sus consecuencias son tremendamente negativas para la vida diaria contaminando su ambiente social de influencia. La envidia es un sentimiento que ha estado y está presenta en la vida del ser humano.

 

La envidia es definida como todo sentimiento de frustración ante cualquier bien material o inmaterial que posea otra persona como ya lo hemos estado compartiendo en entregas pasadas. La persona envidiosa sufre ante los logros de los demás, es incapaz de ponerse en el lugar de las personas (empatizar) y compartir la vida en su círculo social; en ocasiones se vale del disimulo para dar una imagen de espiritualidad, pero por dentro la frustración le corroe.

 

Las personas que padecen este mal viven en una insatisfacción, carecen de objetivos precisos en la vida; lo que hace que analicen a las personas en función de sus logros sintiendo un profundo daño interior al compararse con ellos.

 

La envidia es un sentimiento de rencor extremo definido en una actitud crítica y manipuladora. Veamos lo que comenta la biblia en Eclesiastés 4:4 que dice: “He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obra despierta LA ENVIDIA del hombre contra su prójimo.”

 

La envidia lo único que aporta es frustración, rabia e ira. No aporta nada constructivo y nos aleja de cualquier objetivo propuesto.

 

La envidia produce en las personas que la padecen una serie de consecuencias complejas dañinas haciendo que la vida espiritual se estanque. A continuación, menciono las áreas emocionales afectadas por este mal: 

 

1.-* BAJA AUTOESTIMA. La envidia aparte de experimentar un terrible sentimiento de baja estima ante los demás y de no aceptarse, produce una insatisfacción continúa por todo lo que les rodea. 

 

2.-* ESTANCAMIENTO. Llevar la mirada hacia los demás desprotege la propia vida, se gasta energía en desear lo que no se tiene, en vez de utilizar las fuerzas para generar oportunidades para alcanzar los propios sueños. 

 

3.-* SOLEDAD Y TRISTEZA. Una persona envidiosa está triste y sola, no comparte sus experiencias porque no está orgullosa de ellas; buena parte de su conversación está basada en otras personas, se encuentran solas porque llevan dentro su verdadero ser y no saben mostrar su interior porque se sienten lastimados. 

 

4.-* RENCOR. Sentimientos tan dañinos como el odio y el rencor son muy comunes en los envidiosos/as, no desean nada bueno de los demás y en ocasiones provocan obstáculos para que no se cumplan los deseos de las personas envidiadas… El salmista menciona en el salmo 139: 23,24 que dice: “Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis inquietudes [mis males]. Y ve si hay en mí camino malo, y guíame en el camino eterno.” Nos invita a hacernos una sincera y verdadera auditoria personal donde debemos ser honestos con nosotros mismos y darnos cuenta las áreas afectadas, pero también nos anima a pedir que Dios nos ilumine y podamos ver lo que humanamente es imperceptible ver en la propia alma; esto es un buen principio para combatir la envidia.

 

Por eso te animo a que saques un tiempo a solas con Dios para que ores y seas liberado de cualquier rasgo de envidia que se puede presentar como lo dice I Juan 1:8,9 que dice: “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad.”…  Si existe envidia en tu corazón tu lo sabrás, examínate!

Por envidia entregaron a Jesús

 

“Jesús, pues, estaba en pie delante del gobernador; y éste le preguntó, diciendo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Y Jesús le dijo: Tú lo dices. Y siendo acusado por los principales sacerdotes y por los ancianos, nada respondió. Pilato entonces le dijo: ¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti? Pero Jesús no le respondió ni una palabra; de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho.  Ahora bien, en el día de la fiesta acostumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, el que quisiesen. Y tenían entonces un preso famoso llamado Barrabás. Reunidos, pues, ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo? Porque sabía que por envidia le habían entregado". Mat 27:11-18

 

Bob Marley dijo; “La vida es un gran camino con muchas señales. Cuando estés conduciendo a través de las rutas, no te compliques. Huye del odio, la maldad y los celos.” ¡Se FELIZ y disfruta el viaje en la tierra!... 

 

Hemos estado viendo que el sentimiento de la envidia lleva a la persona al enojo y a la ira contra otro u otros; es común escuchar la expresión «es que me tienen envidia», y cuando se trata de referirnos de nosotros decimos que sentimos «envidia de la buena», esto es resultado de no comprender verdaderamente lo que este sentimiento puede llevar a hacer a las personas, el daño que puede ocasionar y las repercusiones que tiene dejarse consumir por la envidia.

 

En nuestro texto anterior podemos observar como los líderes religiosos de su época se dejaron atrapar por la envidia contra Jesús. Jesús siempre se condujo con honestidad, misericordia y apego a la voluntad del Padre celestial. La vida de Jesús fue un testimonio de la reconciliación de los hombres para con Dios; a través de un genuino arrepentimiento del corazón todas las personas se pueden acercar al Padre celestial por el camino que nos abrió el amado y bendecido Jesús de Nazaret.

 

¡Nadie como nuestro amado Jesús! El dador de la vida que siempre hizo lo correcto despertó sentimientos destructivos en las personas que tenían motivos incorrectos en sus vidas. ¿CÓMO ASÍ? ¿ES QUE NO ENTIENDO?, es que nos encontramos en un sistema donde todos están acostumbrados a hacer las cosas de manera incorrecta, por motivos deshonestos, pero al estar tan familiarizados con este proceder pareciera que es la manera correcta de vivir, entonces cuando alguien llega y empieza hacer lo que es correcto, con motivos genuinos y verdaderos, despertará este sentimiento hasta hacer que lo vean con «malos ojos», con envidia, con deseos de ocasionarle daño porque el resto se sienten amenazados al salir de su comodidad, porque los obliga a cambiar sus  reglas incorrectas y los empuja a medir sus muros de sus vidas a la plomada de los principios de la Palabra de Dios. “PORQUE DONDE HAY ENVIDIA Y CONTENCIÓN, ALLÍ HAY PERTURBACIÓN Y TODA OBRA PERVERSA” Santiago 3: 16

 

Esto es precisamente lo que Jesús vino a ocasionar dentro de la sociedad de su época, su intención no era crear una revolución social, si no crear revolucionar el interior de los hombres, que los llevara a experimentar libertad interior y con ello cambiar su manera de ver y amar a sus semejantes.

 

Posiblemente ahora se puede entender porque se despierta la envidia de las personas hacia los que están haciendo las cosas correctas; es posible que, al tener una linda familia, un buen trabajo, una empresa bendecida, una casa linda, un buen auto, un excelente cónyuge, y otras más bendiciones., que son producto y resultado del buen trabajo, dedicación, esfuerzo y sobre todo de la bendición de Dios sea un blanco potencial del sentimiento de la envidia de otras personas… Pero también es importante ver este otro aspecto del sentimiento de la envidia.

 

Es posible que una persona pueda estar haciendo lo malo y estar obteniendo ganancias lucrativas de manera deshonesta y aun así provocar este sentimiento nocivo en otras personas. No necesariamente hacer sólo lo bueno, si no también hacer lo malo, hará despertar la envidia en personas con corazones más corrompidos que la persona que obtuvieron bienes con ganancias deshonestas...

 

Pero, lo importante para nosotros es: ¿CÓMO DISCERNIR LA SITUACIÓN EN LA QUE NOS ENCONTRAMOS? ¿COMO TE ENCUENTRAS TÚ? La manera más fácil de descubrir esto es simple, reflexiona: ante acusaciones y amenazas de otros, ¿CUÁL PIENSAS QUE ES TÚ MEJOR DEFENSA? De acuerdo a nuestro texto base anterior respondemos lo siguiente:

 

<<Jesús simplemente se mantuvo callado, nunca apeló a la razón, Él sabía lo que Dios Padre le había indicado hacer, tenía muy claro Su propósito de vida y lo que necesitaba hacer, entendía que no tenía que defenderse porque en los momentos más adversos de su vida, y a pesar de que la envidia de otros amenazaba su propia vida, confiaba en que Dios lo respaldaba, no importaba el sufrimiento que se avecinaba, simplemente descansaba en Dios.>>

 

Si por el contrario, nos encontramos como «gatos boca arriba» buscando defendernos con alegatos y justificaciones, y argumentamos que nos «envidian por todo», nos convertiremos en quienes acusan a sus acusadores ante Dios ¡vaya situación! Seguramente cuando condenamos a los que nos condenan y juzgamos a los que nos juzgan reflejamos que estamos teniendo un cargo de conciencia tan grande que buscaremos lavar nuestras manos de culpa como Pilatos lo hizo ante Dios y los hombres, podemos argumentar: «no soy yo quien está mal, allá ustedes que así lo han decidido, es su proceder, no el mío».  

Lo cierto, es que tenemos que hacer lo que Jesús hizo

aunque parezca imposible.

 

Tengamos sumo cuidado de no caer y ser atrapados, ser cautivados por la envidia, no permitamos que nos consuma este sentimiento egoísta y altamente dañino porque quedaremos ciegos espiritualmente y no solamente afectaremos a quien se lo dirigimos, sino que recaerá sobre nosotros y lamentablemente también sobre las personas que más amamos (contaminándolos).

 

¡POR ESTO DECIMOS QUÉ DESTRUCTIVA ES LA ENVIDIA! …

Envenena tú vida haciendo que: 

1) Te compares desfavorablemente con los demás; 

2) Pierdas tu alegría y contentamiento; 

3) Te vuelvas desagradecido y egocéntrico; 

4) Asumas que los recursos de Dios no son suficientes para bendecir a los demás y a ti al mismo tiempo.

 

Analiza de nuevo estos cuatro puntos y pregúntate: ¿ESTÁN OPERANDO EN MI VIDA?...

 

El Señor dice en su palabra: Heb.12:15-17  "Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados; no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura. Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas".

 

Muchos de nosotros nos hemos visto envueltos en situaciones donde nos preguntamos: ¿POR QUÉ ME PASA ESTO SI YO NO HE HECHO NADA MALO? Sencillo… porque hay algunas personas que no soportan ver brillar a otros.

 

LA PERSONA ENVIDIOSA NO SUELE RECONOCER SU ENVIDIA. Hay que tener en cuenta que detrás de la envidia se halla: Un sentimiento de inferioridad e inseguridad. Una incapacidad de reconocer las limitaciones personales, asociándolas a signos de debilidad. Una falta de compromiso y responsabilidad con la propia vida. La persona está más pendiente de la vida de otros, que de la suya propia.

 

No permitas que la envidia infecte tu actitud; arrepiéntete antes de que te robe tu destino. Recuerda que El PADRE nos hizo a todos hijos suyos, ¡aunque ninguno lo merecíamos! Así que cuando te sientas resentido hacia alguien, pídele al Padre que te recuerde las muchas veces que te ha bendecido, ¡cuando no lo merecías!

 

LIBERA TU ALMA YA! de esta diabólica y toxica atadura. Si te encuentras en momentos de aflicción, oprimido por este sentimiento, cree en FE que Aquél que murió por nosotros ¡¡¡Jesús, el Cristo!!! traerá libertad a tú vida, te liberará de tus temores, sentimientos de aflicción y envidia. El pagó el precio, tan sólo acéptalo como tu Señor y Salvador personal, experimenta el fruto de salvación en tu vida, la gracia y el amor incondicional de Dios sobre ti, en el poderoso nombre de Jesús… 

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